El proyecto se apoya en el poder arquitectónico de la granja Tournelles radicado en su simplicidad y la masividad de estos volúmenes, de los que se ha conseguido conservar los dos grandes graneros originales de la granja, aunque no consiguieron conservar las construcciones de las alas laterales que bordean el patio. En su lugar, construyeron dos nuevos edificios donde se encuentran las aulas para los talleres de la escuela de música, una sala polivalente y las estancias de apoyo de las zonas de espectáculo (oficinas, camerinos, despeje del escenario…).
Centro cultural de Chessy por OPUS 5 Architectes. Fotografía por Luc Boegly.
La sala de orquesta de la escuela de música y el gran auditorio se situan respectivamente en los dos graneros. La sala de espectáculos principal tiene gradas fijas con un ancho de 200 asientos y la sala de orquesta tiene una tribuna retráctil que permite tanto espectáculos de pequeña escala (60 asientos) como ensayos para conjuntos musicales, liberando espacio para los asientos.
Centro cultural de Chessy por OPUS 5 Architectes. Fotografía por Luc Boegly.
Centro cultural de Chessy por OPUS 5 Architectes. Fotografía por Luc Boegly.
Descripción del proyecto por OPUS 5 Architectes
El nuevo centro cultural de Chessy tiene lugar en la antigua granja de Tournelles, hoy un raro vestigio de estas grandes granjas de Briard que albergaban entonces herramientas eficientes para aprovechar al máximo los suelos pesados y cargados de agua de la región.
Este sitio se caracteriza como un intermedio, un guión, un remanente de ruralidad en una quijada urbana en auge. Al noroeste, la ciudad de Chessy y sus urbanizaciones periféricas que mordisquean los restos de Brie, al sureste, el complejo Disney, perfectamente delimitado y definido.
El destino de la ciudad ha cambiado significativamente con la creación del sector IV de la nueva ciudad de Marnela-Vallée y también la construcción de Disney. Esto supone un gran vuelco, el paso de un pueblo rural moderado a una ciudad periurbana que se construye en pocas décadas, un vuelco demográfico, económico, social, pero también identitario y representativo. En este contexto de estratificación urbana de la ciudad, La ferme des Tournelles tiene el valor de un monumento en la aglomeración.
En primer lugar, por su escala, el marcado contraste con los edificios circundantes, ya sea La Brie, los edificios del pueblo de Chessy o las instalaciones recreativas de Disney.
Centro cultural de Chessy por OPUS 5 Architectes. Fotografía por Luc Boegly.
Por su singularidad morfológica, por su nueva rareza que ahora lo convierte en un accidente, un acontecimiento en este contexto de vivienda u ocio.
Finalmente, por su valor histórico y representativo ya que allí se practicaba el arado de la tierra, recurso esencial y riqueza de la región, perpetuando la auténtica memoria de la gran agricultura de Ile de France.
El proyecto debía leerse con claridad y reflejar una articulación entre dos mundos, el de la ciudad nueva y el de la ilusión, ambos lanzados en paracaídas casi por casualidad, sin ninguna relación con la historia del paisaje, mientras que la finca Tournelles, auténtica y permanente, rememora sin artificios la memoria de un mundo agrícola sin el cual las construcciones vecinas no existirían.
Esta sólida verdad, faro y referencia, había que preservarla frente a la ilusión de cartón vecina.
Centro cultural de Chessy por OPUS 5 Architectes. Fotografía por Luc Boegly.
La operación consistió en preservar este significativo testigo del mundo rural de Briard, en peligro de extinción, e instalar allí un programa cultural innovador, integrador de las demandas y técnicas actuales y capaz de seguir evolucionando en el tiempo. Por tanto, era necesario reconciliar pasado y futuro, creando un diálogo claro entre estos dos componentes, a priori antagónicos.
Para que se establecieran las relaciones, previamente era imprescindible definir lo existente, un lugar de memoria, de recuerdos, y por definición interpretable de múltiples formas. Por lo tanto, era necesario saber en qué consiste esta granja Briard, si estaba suficientemente constituida para ser identificable.
¿Cuáles eran los elementos que la caracterizaban profundamente, y qué era imperativo conservar, qué podíamos quitar, destruir, agregar o transformar para asegurar su lectura y por ende su memoria?
¿Cómo evocar el pasado agrícola regional y no caer en el anonimato de una urbanización banalizada o incluso en un escenario nostálgico desligado de cualquier realidad actual?
Centro cultural de Chessy por OPUS 5 Architectes. Fotografía por Luc Boegly.
Problemas Culturales
El nuevo centro cultural también debía ser fácilmente identificable, excepcional e inusual, una firma de dinamismo municipal y regional, un edificio atractivo y seductor, garantía de una política cultural generosa y exitosa.
Siendo el objetivo, desde un principio, expresar el interés de su contenido, la calidad de su envase y, sobretodo, hacer que el público y los alumnos se adentren en él con curiosidad, alegría y orgullo.
El poder arquitectónico de la granja Tournelles radica en su simplicidad y la masividad de estos volúmenes que rodean un espacio central protegido donde se concentra la vida, un diseño tradicionalmente introvertido, totalmente cerrado, protegiéndose del mal tiempo y del vasto mundo exterior. Recuerda al castillo fortificado, con su amplio patio y sus torres que marcan los muros cortina. Las dos enormes construcciones ciegas que bordean el acceso norte/este emergen como dos torres a la entrada de la ciudad o incluso como dos mazmorras asegurando la tranquilidad y seguridad del sitio por sus imponentes masas.
Aunque se han conservado los grandes volúmenes principales de los dos graneros, el diagnóstico realizado al inicio de la intervención hizo que no se conservaran las construcciones de las dos alas laterales que bordean el patio en estas caras norte/oeste y sur/este, teniendo en cuenta tanto de su muy mal estado de salud como de sus difíciles condiciones espaciales de explotación.
Así, se han habilitado dos nuevos edificios en lugar de las alas deconstruidas para albergar, al sur/este del patio, los talleres de la escuela de música, y al noroeste, la sala polivalente y las salas de apoyo del espectáculo (oficinas, camerinos, despeje del escenario…).
Estas dos ampliaciones han sido tratadas como muros perimetrales con el fin de recuperar el espíritu inicial de la granja y su morfología general organizada en torno al gran patio central distributivo.
La búsqueda de una gran coherencia con los restos conservados llevó a reutilizar los materiales de las alas originales e inventar una nueva epidermis a partir de los materiales ya presentes en el yacimiento.
Centro cultural de Chessy por OPUS 5 Architectes. Fotografía por Luc Boegly.
Aunque se han conservado los grandes volúmenes principales de los dos graneros, el diagnóstico realizado al inicio de la intervención hizo que no se conservaran las construcciones de las dos alas laterales que bordean el patio en estas caras norte/oeste y sur/este, teniendo en cuenta tanto de su muy mal estado de salud como de sus difíciles condiciones espaciales de explotación.
Así, se han habilitado dos nuevos edificios en lugar de las alas deconstruidas para albergar, al sur/este del patio, los talleres de la escuela de música, y al noroeste, la sala polivalente y las salas de apoyo del espectáculo (oficinas, camerinos, despeje del escenario…).
Estas dos ampliaciones han sido tratadas como muros perimetrales con el fin de recuperar el espíritu inicial de la granja y su morfología general organizada en torno al gran patio central distributivo.
La búsqueda de una gran coherencia con los restos conservados llevó a reutilizar los materiales de las alas originales e inventar una nueva epidermis a partir de los materiales ya presentes en el yacimiento.
Centro cultural de Chessy por OPUS 5 Architectes. Fotografía por Luc Boegly.
El tratamiento interior de los espacios se basa en el uso de materiales dejados en bruto, limitando los efectos, las maneras, con el objetivo de reforzar la importancia de la materialidad del proyecto y anclar el equipamiento aún más en su historia, en la memoria del lugar.
La combinación de hormigón encofrado a la izquierda de los muros verticales desnudos, mampostería de escombros de los dos graneros rehabilitados mediante rejunte apenas recortado, las soleras minerales y fibra de madera antracita en suelos y techos con la madera rubia de los paramentos acústicos confiere al conjunto un aspecto casi ambiente monástico propicio para la práctica musical.
La sala de orquesta de la escuela de música y el gran auditorio se deslizan respectivamente en los dos graneros conservados para beneficiarse plenamente de estos dos volúmenes atípicos tan característicos del lugar.
La sala de espectáculos principal tiene gradas fijas con un ancho de 200 asientos y la sala de orquesta tiene una tribuna retráctil que permite tanto espectáculos de pequeña escala (60 asientos) como ensayos para conjuntos musicales, liberando espacio para los asientos.
Estas dos salas están dotadas de todo el equipamiento escenográfico (falsa parrilla, videoproyección, equipo de sonido, iluminación escénica, etc.) ofreciendo un rico abanico de posibilidades (espectáculos musicales, teatro, danza, vídeo, etc.).