Raúl Sánchez architects ha rediseñado esta vivienda organizando funcionalmente la planta baja como zona de día y la primera planta como zona de noche. El proyecto puede leerse como un juego dialéctico ya que los espacios en primera y planta baja van a configurarse con conexiones físicas y visuales, de manera que la zona de día va a estar unida fisicamente pero separada visualmente y la zona de noche va a estar conectada visualmente pero fisicamente separada
Descripción del proyecto por RAS Arquitectura/ Raúl Sánchez Molina
La propuesta plantea una intervención acorde con un presupuesto reducido y con la idea de compaginar una vivienda de segunda residencia con alquileres estacionales, en la que se minimizan los derribos y se aprovechan al máximo todas las preexistencias. Aún así, la distribución actual de la vivienda está anticuada y no cumple con las nuevos requisitos y necesidades funcionales.
Mediante unos pocos cambios, se pretende alterar el modo en que se vive la casa. En planta baja, la cocina existente es pequeña y tiene escasa relación con el resto de espacios; si bien en el proyecto la cocina mantiene su posición (para aprovechar las redes de fontanería y saneamiento existentes), ahora se abre al espacio de estar mediante un hueco abierto en el muro que los separa actualmente, para lo cual se ha proyectado un refuerzo y apeo del mismo, al tratarse de un muro de carga. Bajo este refuerzo se introduce una nueva divisoria entre el espacio de estar y la cocina, de trazado curvo, que habilita una zona de comedor. Pero esta divisoria no llega al techo, su altura es de sólo 180cm, y su función es zonificar, pero sin segregar espacialmente, con lo cual se añade complejidad de recorridos interiores y riqueza espacial. El resto de intervenciones interiores en la planta baja están enfocadas a crear un continuum de espacios sin separaciones físicas, pero caracterizados por elementos que los cualifican funcionalmente.
En planta primera, de nuevo con el objetivo de conservar el máximo de elementos y minimizar los derribos, se conserva la distribución de cinco dormitorios, pero se cambia completamente el carácter de la habitación central: su cerramiento pasa de ser opaco a ser transparente, con la posibilidad de abrirlo por completo al vestíbulo de distribución mediante dos grandes puertas correderas. De esta manera, esta habitación flexibiliza su función, ya que puede separarse del resto siendo un dormitorio (mediante una cortina opaca), o ser una sala de juegos, lectura, o la prolongación del vestíbulo hacia la terraza exterior. Armarios empotrados ocultos guardan camas abatibles y superficies de almacenamiento, facilitando distintos usos de las habitaciones. Los cambios de pavimentos así como los nuevos revestimientos de las paredes ayudan a reforzar esta nueva estrategia. En planta baja, igualmente, se propone un nuevo pavimento cerámico negro colocado en espiga que unifica todas las zonas, y que reaparece en las zonas comunes de la planta primera.
La actuación en planta baja (zonas de día) y planta primera (zonas de noche) puede leerse como un juego dialéctico: en planta baja los espacios están unidos físicamente pero separados visual y funcionalmente, mientras que en planta primera el ambiente principal está comunicado visualmente pero separado físicamente. Los tableros de chapa de madera de roble refuerzan este juego, revisitiendo el elemento separador de planta baja (el tabique curvo), y el elemento unificador de planta primera (el continuo vestíbulo+habitación central).
Todas las carpinterías exteriores han sido cambiadas, colocadas por fuera del plano de fachada, en el caso de las ventanas fijas, o por el interior, en el caso de las ventanas y puertas practicables, revelando en cada hueco el espesor del muro de fachada.
Una segunda fase de acondicionamiento de las zonas exteriores con una nueva piscina, pérgola, nuevos pavimentos y una habitación extra completará el proyecto global.