Vaumm se encarga de reorganizar el antiguo edificio en forma de U en una caja de madera exenta que articula las circulaciones del edificio gracias a una escalera y unas pasarelas que hacen las veces de pasillo, lo que sumado a la apertura del interior al paisaje, transforma la relación del edificio con su entorno y mejora las condiciones espaciales, antes oscuras y cerradas.
El proyecto se resuelve principalmente de una forma cruda, a partir de ladrillo, con instalaciones vistas y con un techo a partir de celulosa. Se consigue así, sumado a la materialidad del hall principal, configurado como una caja vertical de madera, un espacio industrial pero cálido que se pone al servicio de la comunidad y de sus necesidades.
Agustinak por Vaumm. Fotografía por Aitor Estévez.
Descripción del proyecto por Vaumm
El centro de creación de empresas Agustinak, surge de la reutilización de un antiguo colegio infantil religioso y su jardín, del que toma su nombre. El antiguo edificio construido a lo largo de sucesivas ampliaciones tenía una factura constructiva muy pobre, y una organización domestica, inadecuada para la escala y el funcionamiento de un edificio público de mayor envergadura. En ese sentido todos los esfuerzos del proyecto se vuelcan en conseguir una transformación del edificio original, para adecuarlo en escala, espacialidad, estructura y funcionamiento a un uso más público, dinámico y polivalente que el colegio infantil original.
El proyecto abre un edificio olvidado y cerrado al barrio, introduciendo usos como la cafetería y el antiguo jardín del convento, como espacios públicos y de convivencia vecinal. La planta baja, significada ahora por una piel de madera alistonada, se plantea como un lugar de encuentro, con una sala polivalente de conferencias, y el hall principal del edificio.
Funcionalmente el antiguo edificio en forma de U se reorganiza entorno a una caja de madera exenta, que se transforma en hall vertical y articulador de las circulaciones del edificio, gracias a una escalera singular y a las pasarelas que hacen las veces de pasillos. La condición mono material de este espacio, resuelto íntegramente en madera, le aporta un carácter abstracto lo que facilita su adaptación a diversas funciones. Este espacio se abre además de forma contundente al jardín y al paisaje, transformando la relación del edificio con su entorno y mejorando las condiciones espaciales del interior, tremendamente oscuro y cerrado en el edificio original.
Las fachadas originales han sido transformadas en cuanto a la escala. Los huecos originales horizontales, se han transformado verticalmente mediante unos cajones de acero que resuelven el tránsito entre las carpinterías y las partes opacas. Una piel negra de hormigón polimérico con un leve rayado, introduce una materialidad más neutra y rigurosa para un edificio público, al mismo tiempo que cede el protagonismo a lo que sucede en el interior, visible por los grandes ventanales.
Los interiores se han resuelto de forma cruda, apenas con ladrillo visto, instalaciones vistas, y un techo de celulosa proyectado que amortigua el ruido. Un espacio fabril para la creación de nuevas empresas vinculadas a la creación, serán ellas las que finalicen los espacios con sus necesidades y actividad cotidiana.
En definitiva el proyecto de transformación ahorra un 65% de energía y disminuye la huella de CO2 al reutilizar la estructura original, es un proyecto de reutilización; pero también de reciclaje urbano al dotar al barrio de nuevos espacios de encuentro, y de un equipamiento público abierto a múltiples escenarios.