De está manera y terminando el año en el que se ha celebrado el centenario de uno de los referentes de la arquitectura madrileña y española, Francisco Javiez Sáenz Oíza y comenzando otro en el que se recordará igualmente la figura de Fernando Higueras, los dos arquitectos se han convertido en protagonistas indirectos de esta comedia, por sus conocidas obras, "la corona de espinas" en la Ciudad Universitaria y "Torres Blancas" en la Av. de America, en Madrid
Es el año 9177 y el mundo entero se ha visto reducido a un edificio imponente, en medio de un paisaje desértico rodeado por una periferia depauperada habitada por todos los parados y hambrientos del cosmos (una metafora de nuestra situación actual), que sobreviven con salero en este entorno. Los personajes de esta historia son: un parado inconsciente, un conserje ridículo, un rey campechano, un alcalde medio lelo, una obvia pareja de la guardia civil, curas, un barbero ilustrado y, conviene destacarlo, una historia de amor.
La sede de este grupo social, "las fuerzas vivas", se asienta en un hibrido formado por los dos edificios mencionados anteriormente, en realidad casi todos los interiores son de la conocida popularmente como "la corona de espinas" o actual sede Sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España, proyectado por Fernando Higueras. Un entorno para una crítica acida, inteligente y dura, y sin embargo nada que ver con el torpe e insulso texto realizado hace poco por Stephen Bayley.
Una película política-social-filosófica genial, que te hace reir al revés, porque cuando te das cuentas descubre que esa risa es más nerviosimo por el descubrimiento de tantas realidades atropelladas y puesta en cadena, que son imágenes descarnadas de nuestra realidad.
Es el año 9177 y el mundo entero se ha visto reducido a un edificio imponente, en medio de un paisaje desértico rodeado por una periferia depauperada habitada por todos los parados y hambrientos del cosmos (una metafora de nuestra situación actual), que sobreviven con salero en este entorno. Los personajes de esta historia son: un parado inconsciente, un conserje ridículo, un rey campechano, un alcalde medio lelo, una obvia pareja de la guardia civil, curas, un barbero ilustrado y, conviene destacarlo, una historia de amor.
La sede de este grupo social, "las fuerzas vivas", se asienta en un hibrido formado por los dos edificios mencionados anteriormente, en realidad casi todos los interiores son de la conocida popularmente como "la corona de espinas" o actual sede Sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España, proyectado por Fernando Higueras. Un entorno para una crítica acida, inteligente y dura, y sin embargo nada que ver con el torpe e insulso texto realizado hace poco por Stephen Bayley.
Una película política-social-filosófica genial, que te hace reir al revés, porque cuando te das cuentas descubre que esa risa es más nerviosimo por el descubrimiento de tantas realidades atropelladas y puesta en cadena, que son imágenes descarnadas de nuestra realidad.
“Lo mío no es surrealismo, sino pegarle un revolcón a la lógica, fajarse con ella cuerpo a cuerpo y retorcerle el pescuezo hasta que vomite sus últimos argumentos”, escribiría Cuerda hace años , a quien, como dicen algunos, le fluyen las ideas como a los santos la gracia.
Una historia puntualmente por el gesto revolucionario de un vendedor de limonada.
Tiempo después merece un lugar destacado entre lo mejor del cine español en 2018. Aunque algunos la critiquen porque su humor está bajo la lupa de los defensores de la corrección política y por ende algunos hubisen querido mas, considerando que su vocación de transgresión se ha quedado "blanda".
SINOPSIS
En el 9177, mil años arriba, mil años abajo –que tampoco hay que pillarse los dedos con estas minucias-, el mundo entero –y según algunos autores, el universo también- se ha visto reducido a un solo Edificio Representativo y a unas afueras cochambrosas habitadas por todos los parados y hambrientos del cosmos. Entre todos estos desgraciados, José María decide que, con las dificultades que haya que salvar y mediante la venta en el Edificio Representativo de una riquísima limonada que él manufactura, otro mundo es posible.