El volumen principal alberga la zona de trabajo iluminada por grandes ventanales en la parte superior del muro sur. En el lado opuesto, el espacio se abre hacia el norte, a un espacio cuya abstracción se muestra en la materialidad del pavimento, realizado con piedra machacada, que contrasta con el verde del jardín. Este espacio exterior queda delimitado visualmente por un volumen neutro que alberga un pequeño aseo.
Una sencilla operación de abstracción, con una realización inteligente basada en un reducido abanico de acciones: dialogar con los árboles, manipular la luz y el aire, manipular pocos materiales para «construir un lugar para pensar, pintar y trabajar».
Taller Atelier por Agustín Berzero. Fotografía por Federico Cairoli.
Taller Atelier por Agustín Berzero. Fotografía por Federico Cairoli.
Descripción del proyecto por Agustín Berzero
Conversaciones tranquilas.
El proyecto, construido en Rafaela, Argentina, está ubicado en el jardín de una casa existente con un espacio abierto de aproximadamente 2000m². El proyecto aspira a concebir un nuevo espacio de trabajo para una artista con acceso independiente desde la calle. El «Taller Atelier» se plantea como un dispositivo capaz de captar la iluminación más favorable protegiendo al mismo tiempo de la radiación solar, garantizando así unas condiciones óptimas para el trabajo.
El edificio es autónomo e independiente, separado de la casa y ubicado en el extremo este del lote, pero al mismo tiempo dialoga silenciosamente con ella. Por momentos áspero, lleno de vacío y con la piel pegada a los huesos. Con una reducida necesidad de mantenimiento, también busca ser preciso. Para hacer lo suficiente.
Como pieza nueva, el proyecto reconfigura el jardín en un esfuerzo de síntesis formal de pura abstracción intelectual. El proyecto se basa en el sitio, recopilando fragmentos existentes para convertirlos en algo más. Se apropia de la pendiente del tejado de la casa existente, ganando altura entre las copas de los árboles. Incorpora vistas del cielo y del paisaje natural desde abajo y las lleva al interior. Expresándose como piedra martillada, se asemeja a la materialidad externa de la casa existente.
Taller Atelier por Agustín Berzero. Fotografía por Federico Cairoli.
Pesada por fuera, la construcción se expresa en piedra artificial. Una especie de pieza angular primitiva de hormigón armado con textura de grano grueso en todas sus superficies. La cubierta y las paredes tienen un acabado rugoso que muestra el paso del tiempo, al tiempo que manifiesta los efectos de diferentes climas y tonos del entorno.
Se abre hacia el norte, relacionándose con un pequeño patio cerrado por un segundo volumen, incorporando el programa de servicios. A través de esta acción, el proyecto pretende escalar y encerrar el espacio exterior del taller dentro de la inmensidad del jardín. Está definido únicamente por la materialidad del terreno y el muro de servicio como límite vertical. De esta forma se construye un pequeño conjunto de espacios interior-exterior, un patio exterior de piedra dentro del gran jardín verde.
Como resultado, el espacio interior duplica su superficie, ampliándose hacia el espacio exterior, considerando que actividades como pintar, dibujar, esculpir y exponer se pueden desarrollar de forma continua tanto en el espacio interior como en su patio exterior inmediato.
Taller Atelier por Agustín Berzero. Fotografía por Federico Cairoli.
Es en el tramo donde el espacio toma proporción y escala. Se pone en tensión, aportando luz natural al espacio interior de trabajo. Las aberturas opuestas permiten la circulación cruzada de aire, enfatizan las tensiones diagonales y magnifican la altura del espacio. Un sistema de puertas bajas corredizas de vidrio conecta el interior con el patio inmediato. Al mismo tiempo, los altos ventanales se encargan de iluminar uniformemente el espacio, haciendo que la luz se deslice poco a poco por el techo inclinado hasta la estancia principal.
En el interior el edificio se materializa en madera. De esta manera, la atmósfera interior se define por el contraste entre el exterior de hormigón rugoso y el interior de madera con su aroma único. El resultado es un único espacio capaz de convertirse en múltiples espacios. Abierto, adaptable y desencadenante de nuevos escenarios vinculados a las necesidades de sus habitantes. Con una geometría de planta regular, libera todo el vacío para permitir múltiples actividades planificadas, que se apoyan en una zona de almacenamiento que se incorpora al espesor de uno de sus muros.
La síntesis formal se ve realzada por la simplicidad material. Todo el proyecto se resuelve con dos materiales y mediante diferentes acabados materiales. Utilizando tecnología elemental, la propuesta se reduce a unas pocas operaciones. Integra los árboles y manipula la luz, el aire y los materiales para construir un lugar para pensar, pintar y trabajar. Un espacio que permite la extensión de la imaginación y la memoria.