Realizar una repaso de la Arquitectura de un año es tan solo transcribir situaciones que van desde acciones ruidosas y con impacto en el momento a situaciones mas silenciosas, con mayor recorrido en el tiempo. Es decir, de dinámicas inconclusas (porque terminan o empiezan) que se han producido en un tiempo relativamente corto. En realidad se trata de hablar de proyectos que se generaron años atrás y se terminan ahora, acontecimientos que denotan cambios de actitud durante el año, y situaciones más calladas que plantean propuestas de futuro.
Todo esto se ha traducido en España en una realidad en la que no se construye, en la que se sigue emigrando con más intensidad y en la que se legisla y reflexiona a favor de la crisis.
Este año se celebró el 40 aniversario del derribo de Pruitt Igoe y el año comenzó con caídas. El último día de 2011, con la desaparición de Ricardo Legorreta, parecía pronosticar un mal inicio, y así fue. Durante este año nos dejaron desde el centenario y brillante Oscar Niemeyer, a Manuel de Solà-Morales, Gae Aulenti, Lebbeus Woods, Darío Gazapo, y el diseñador Hillman Curtis, entre otros, pero la pérdida más significativa por cercana y con una trayectoria brillantes fue la de Luis Moreno Mansilla quien demostró que se puede hacer buena arquitectura y ser una persona reconocida desde todos los ámbitos como ocurrió con el sorprendente y multitudinario homenaje que todos le realizamos, incluso como dijeron sus detractores "irrepetible con ningún otro arquitecto", al menos en un tiempo cercano.
- LA FORMACIÓN DE LOS ARQUITECTOS.
El año también empezó avisando de una latente burbuja en la Educación Superior que todavía no ha dado la cara con su mayor crudeza pero que sigue latente. Incluso hay quienes piensan que el ataque a la Universidad Pública, con un gran prestigio y cuna de la mejor generación de arquitectos españoles, en realidad esconde un intento por evitar que se hundan las Universidades Privadas (12 Escuelas de Arquitectura en Madrid). La subida de tasas en la Universidad Pública ha iniciado un camino exponencial y continuará así en el 2013. Aún teniendo las mejores notas en la Selectividad, que también se pronostica que desaparecerá, los alumnos podrán quedar fuera del ámbito universitario por culpa de las tasas.
Incluso las becas Erasmus que cumplían su 25 aniversario parecen peligrar por las nuevas políticas, en este caso europeas.
- ASIA.
El año también empezaba con nuevas miradas y con el reconocimiento internacional a la arquitectura en Asia. El Premio Pritzker no cumplía las típicas quinielas y le fue otorgado al arquitecto chino Wang Shu. Un premio a medio camino entre el reconocimiento a una forma menos estridente y figurativa de hacer arquitectura, algo más cercana a la sociedad y su entorno, y por otro lado el reconocimiento a una potencia emergente en arquitectura como es China, cuyos arquitectos más jóvenes ya son motivo de exposiciones y premios por todo occidente como por ejemplo la exposición dedicada en Madrid a Ma Yansong. "Entre la modernidad (global) y la tradición (local)", o los premiados Hiroshi Nakamura en Japón, Kashef Chowdhury en Bangladesh, KATO x Victoria entre Japón y Dinamarca o John Lin en China.
- A ROOM FOR LONDON.
Las Olimpiadas no trajeron nada excepcional, fue más importante lo que había ocurrido antes que las propuestas del recinto Olímpico, cuyo símbolo más representativo, la Orbit Tower, fue nominada a la Carbuncle Cup, Bad Architecture Award, Premio concedido a la peor arquitectura del Reino Unido. Entre las buenas noticias destacaron la recuperación como Museo del Diseño del edificio de la Commonwealth Institute,el premio al Rothschild Bank, y el trabajo de un arquitecto y diseñador que habrá que seguir en los próximos años, Thomas Heatherwick.
- LA BIENAL Y LOS PREMIOS.
El verano terminaba con la inaguración de la 13 Edición de la Bienal de Venecia "Common Ground". David Chipperfield, como responsable de la Bienal había realizado declaraciones que generaron expectativas con expresiones como "compartir", "colaboración y diálogo" "las cosas que los arquitectos tienen en común", "Terreno común", definición de los elementos comunes de la ciudad... al final visto el resultado de la Bienal, el eco de dichas palabras resultó notoriamente frustante y decepcionante, sin lugar a dudas, en el caso español las 4 propuestas como conjunto, claramente desafortunadas por su disgregación, falta de unidad y por el reflejo de la principal reivindicando del pabellón oficial de España, el individualismo como bandera.
De la Bienal lo mejor fueron algunas exposiciones como Public Works - Architecture by Civil Servants diseñada por OMA, un necesario y sorprendente reconocimiento (por lo inusual) de los trabajadores públicos, algunos pabellones y el premio del León de Oro a Álvaro Siza Vieira. Otros premios del año fueron desde el reconocimiento a Rafael Moneo premiado con la Medalla de la Fundación Thomas Jefferson 2012 o el Premio PRÍNCIPE DE ASTURIAS al trabajo olvidado de Javier Carvajal Ferrer, con la Medalla de Oro de la Arquitectura 2012, creándose este año el premio que lleva su mismo nombre y que se otorgaba en su primera edición a Kenneth Frampton. Entre la gran cantidad de premios que se dieron durante todo el año destacan los concedidos por la VIII BIAU, una bienal más homogénea, más pequeña, con resultados más modestos y por tanto más fácil de cumplir en sus expectativas, sin generar decepciones y por tanto resultó ser más optimista y positiva.
Entre los premios del año destacan el concedido a Inteligencias Colectivas con el ARQUIA/PRÓXIMA 2012, el trabajo callado de los colectivos de arquitectosy sin embargo muy activos a lo largo de todo el año en diferentes encuentros por toda la geofrafía española lo que ha demostrado que a pesar de la crisis sigue siendo una opción viable, posible y comprometida. Premios Corales fueron los recibidos para Madrid desde Barcelona, especialmente los de Matadero Madrid por los FAD de Arquitectura 2012, un premio que reconocía el trabajo de Langarita-Navarro, Iñaqui Carnicero, Churtichaga+Quadra-Salcedo,... Otros premios fueron para la Cascada de Amposta, el ganado por el estudio SPN en OPPTA, el premio para el recuperado Hipódromo de Madrid por Jerónimo Junquera o el Premio Nacional a la Cubierta para el parque arqueológico del Molinete por Atxu Amann, Andrés Cánovas, Nicolás Maruri.
- SANDY Y LA BUENA LLUVIA.
Sin embargo, a pesar de que todo parecía estrellarse, desde el huracán Sandy contra la meca actual de la cultura, Nueva York, pasando por los arquitectos o histriónicos personajes dándose mamporros en la plaza pública, hasta obras de estrellas como la Caracola de Toyo Ito desmoronándose, el año también nos dejó nuevas acciones y visiones entre las que destaca la recuperación y reapertura al público de la Villa Tugendhat, proyectos que marcan nuevos territorios y que hacen resurgir parejas que habían quedado más calladas, con propuestas interesantes como la estación de alta velocidad de Logroño por Ábalos+Sentkiewicz o la también consolidación en su relación con el paisaje del Centro de interpretación de la agricultura y la ganadería en Pamplona, por Alday y Jover, o la internacionalización de arquitectos como Carlos Arroyo, Academie MWD. Un trabajo que también habrá que seguir es el de Vora Arquitectura.
El camino global de nuestros arquitectos y su reconocimiento internacional, no solo en obras o premios, que otros arquitectos como Josep Lluis Sert, Rafael Moneo, Iñaki Abalos, en Harvard, o Josep Lluis Mateo y tantos otros en la AA de Londres o en Europa realizaron hace años o más recientemente Iñaky Alday en Virginia, fue retomado este año por Alejandro Zaera-Polo quien fue nombrado decano de la Escuela de Arquitectura de Princeton.
El año no puede terminar sin recordar temas paralelos que también afectan a la arquitectura, como los desahucios y la vivienda, con acciones ejemplares de Terrorismo Poético, un problema parcheado y sin resolver, que parece demostrar esa forma de legislar no contra la crisis sino a favor de la crisis, con situaciones de supuesta liberalización, desrregulación o como se quiera llamar que se están preparado para el próximo año.
La crisis parece ser un espacio inacabado en España, Unfinished Spaces, poco poético, la verdad!. Una mirada al próximo año muestra una utopía de la arquitectura rota y un cúmulo de distopías disgregadas. Seguir llorando por tiempos pasados a nada nos va a llevar, es necesario comenzar a reconstruir puentes, espacios comunes y unir distopías. Con tanta energía, tanta formación, tanto reconocimiento, lo mejor debería estar por venir.