El nuevo edificio de oficinas por Cino Zucchi Architetti cuenta con una piel perimetral continua que se divide en varias capas y aporta profundidad mientras crea un juego de luces y sombras, resultando en un volumen con una esencia masiva que alterna en sus diferentes niveles espacios interiores con espacios ajardinados.
La obra cuenta con una fachada a partir de columnas que varían en grosor y ritmo generando una pantalla que otorga al mismo tiempo volumen y profundidad al edificio. Estas, elaboradas individualmente a partir de hormigón, además de estructurales, son expresivas y aportan una vision contemporánea al imaginario clásico.
Edificio de oficinas L’Ark Belvédère por Cino Zucchi Architetti. Fotografía por Fabrice Fouillet.
Descripción del proyecto por Cino Zucchi Architetti
El nuevo edificio de oficinas L’Ark en el barrio de Belvédère de Burdeos, proyectado por Cino Zucchi Architetti, es un testimonio del renacimiento arquitectónico en curso de la ciudad, integrando el diseño contemporáneo con un profundo respeto por el tejido urbano de la ciudad.
La disposición en el terreno y la disposición tipológica del edificio de oficinas L’Ark articulan y especifican las directrices generales del plan maestro en relación con las características específicas del sitio y del diseño general de los espacios abiertos.
La gran dimensión de la masa del edificio se articula plegando su perímetro hacia el interior para generar una disposición que une el esquema en forma de H con uno centralizado. Los lados más cortos de la forma paralelepipédica, que miran hacia el bulevar y el parque detrás de él, se pliegan en dos suaves curvas cóncavas.
La piel perimetral continua que delimita los espacios interiores se divide en varias capas que aportan profundidad y un fuerte efecto de luz y sombra: el muro interior alterna una franja de ventana con una franja opaca revestida con elementos de sombreado de aluminio anodizado que reaccionan con las condiciones climáticas.
Las columnas de las fachadas, que varían en grosor y ritmo a intervalos irregulares, están dispuestas en siete órdenes irregulares firmados por cornisas de hiladas. La forma de las columnas, acentuada por el ligero socavado de las franjas, genera una pantalla que otorga al mismo tiempo volumen y profundidad a las fachadas del edificio. El orden superior conecta los dos últimos niveles mientras abre un nicho que alberga una terraza-jardín protegida.
Estas columnas no son meramente estructurales sino también muy expresivas, elaboradas una a una a partir de hormigón con una textura y un color que remiten a la piedra histórica de Burdeos. Su diseño equilibra proporciones clásicas con una estética contemporánea.
Se moldearon dentro de encofrados realizados con tecnologías de fabricación por control numérico que han permitido transferir y controlar la variación continua de algunos parámetros compositivos con los que fueron diseñadas. En su esencia masiva, el resultado es casi una pantalla estructural independiente.
Por último, el proyecto es capaz de evocar elementos de la arquitectura histórica de Francia y Burdeos sin ningún espíritu nostálgico, como por ejemplo las columnas del atrio que recuerdan los trompetas angulares de la arquitectura francesa con un enfoque contemporáneo.