La materialidad elegida intenta acompañar el simbolismo de protección que el oratorio provee, mediante una envolvente rústica de hormigón. Aunado a ello, al interior del oratorio, se recupera la torre original que se abre al oratorio mediante dinteles diagonales, para aumentar el espacio de uso e integrar los dos volúmenes espaciales.
Descripción del proyecto por ASÍ! Arquitectura
El proyecto se ubica en un sector urbano muy consolidado, sobre una calle de intenso tránsito al sur de la ciudad de Paraná.
Inicialmente, el lugar era un área sin urbanizar y despoblada en la cual se erigió un templo pequeño, con techo a dos aguas y torre lateral. Luego, con el avance de los años, la ciudad creció y también su entorno inmediato construido. El templo inicial quedó pequeño para la demanda que debía satisfacer, y por ello se construye al lado un edificio más grande para ese fin. En una tercera etapa, se construyó un salón parroquial, aulas y demás dependencias, y ante tal crecimiento, el pequeño templo inicial pasa a albergar los sanitarios para todo el conjunto, degradando su simbolismo y su historia.
Frente a ello, la implantación y la forma del Oratorio San Peregrino, busca reivindicar y revalorizar el simbolismo y el significado original. Por eso, se posiciona en el atrio del primer templo.
La forma del oratorio, es una extensión hacia el frente de la forma del templo original con techo de dos pendientes, lo que busca simbolizar el crecimiento y la presencia en el barrio de la comunidad religiosa. La cubierta de dos pendientes se transforma en una sola, de manera de aumentar la escala, jerarquizar el nuevo acceso y darle una imagen más contemporánea.
Se recupera la torre original (sector donde últimamente funcionaba el baño para personas con capacidades diferentes) y se eleva su altura, lo que busca aludir al crecimiento espiritual de la comunidad. En el interior del oratorio, esta torre se abre al mismo mediante dinteles diagonales, para aumentar el espacio de uso e integrar los dos volúmenes espaciales.
El espacio interior, busca ser una pausa dentro del convulsionado ritmo de movimientos del entorno y de la vida diaria, para lo cual se buscó recrear una atmósfera de calma y paz. Un ámbito despojado, dónde la luz sea la principal protagonista y los concurrentes encuentren recogimiento. Se resuelve con una cáscara que envuelve completamente este espacio y deja solamente una raja cenital para el ingreso de la luz natural, posicionada estratégicamente sobre la cruz y simbolizando la iluminación espiritual. Se estudió el asoleamiento, logrando que ese ingreso de luz natural, se de la mayor cantidad de tiempo, tanto en horas del día, como en meses del año.
Además de la luz, por esta apertura mencionada ingresa también la lluvia, pensada como inclemencias, que están presentes siempre en el camino del peregrino y frente a lo que el espacio espiritual del oratorio le brinda contención.
La materialidad intenta acompañar ese simbolismo de protección que el oratorio provee, mediante una envolvente rustica de hormigón un piso pétreo en el espacio de uso, que intentan simbolizar un lugar de refugio para el peregrino. La torre se materializa en blanco liso, contrastando con lo anterior.