A través de su enfoque sobre los cuerpos en movimiento y en relación con el espacio, Oskar Schlemmer estableció principios e hitos esenciales en la historia de las artes escénicas. La exposición actual demuestra su deseo de transformar las artes escénicas en una forma de arte moderno por derecho propio, como lo incorpora su obra manifiesta, El Ballet Triádico, así como sus actuaciones, bailes y fiestas de disfraces, e incluso su puesta en escena de obras de grandes Compositores como Igor Stravinsky o Arnold Schönberg.
La ambición de Schlemmer no era menos que renovar las concepciones artísticas de su época a través de la combinación del pensamiento vanguardista y las ideas humanistas del Renacimiento. Sus pensamientos y teorías comenzaron a dar lugar a formas de arte completamente nuevas entre 1921 y 1929, cuando fue contratado como maestro de forma en la Bauhaus y encargado del seminario sobre "Hombres".
Basada en importantes y sensacionales obras de arte procedentes en su mayoría de la colección de Bühnen Archiv Oskar Schlemmer, la exposición destaca el rigor artístico de Schlemmer y su apertura constante a la novedad. A través de la obra de Oskar Schlemmer, estamos invitados a descubrir otro lado de la Bauhaus. Más allá de la famosa escuela de artes aplicadas, la Bauhaus también fue un lugar de liderazgo en cuanto a experimentos en el campo de las artes interpretativas y la coreografía en los años entre guerras, que sigue teniendo repercusión en la creación de hoy en día.
En el centro de la exposición, los fascinantes escultura-trajes inventados por Oskar Schlemmer se exhiben en un gran escenario alrededor del cual gravitan una selección de dibujos. Entre ellos está el excepcional cuaderno de dibujos de Tanz Figurinen, que recoge el pensamiento de Schlemmer durante unos quince años, así como archivos de fotografía y cine representativos de esta área. La exposición también muestra una gran selección de obras de arte de Giorgio de Chirico, Constantin Brancusi, Alexandra Exter y otros artistas que coincidieron en la Bauhaus -como Vassily Kandinsky, László Mohoy-Nagy y Paul Klee- con el objetivo de enfatizar las influencias recíprocas entre la obra de Schlemmer y los artistas de su generación.
Junto con un extenso programa de eventos, la exposición será una oportunidad para revivir la efervescencia de la Bauhaus como el lugar final de los experimentos. Este proyecto tiene mucho más sentido en el Centro Pompidou-Metz, heredero de estos experimentos pioneros en romper las barreras entre las formas de arte, que el Musicircus. Las obras maestras de la colección del Centro Pompidou que exploran la relación entre la música y las artes plásticas del siglo XX, siguen en el Gran Nef.