El resultado es un interior vibrante y divertido, que potencia el espacio y su estructura industrial quedando caracterizado por una actuación contenida de nuevos materiales: «Chapas y espejos en los aseos y tableros tricapa de abeto en las zonas de café se unen mediante pavimentos continuos de linóleo natural que se contraponen a la fuerza y dureza del hormigón y la estructura metálica que los acogen.»
Forkstone por LoCa Studio. Fotografía por Pol Viladoms.
Forkstone por LoCa Studio. Fotografía por Pol Viladoms.
Descripción del proyecto por LoCa Studio
Reconversión de un antiguo espacio industrial / aparcamiento en unas modernas oficinas, en el Espai Serrahima, Barcelona.
En el Espai Serrahima (hub de empresas artístico-culturales), a pocos pasos de Montjuïc y de Plaza España, esta antigua nave industrial se ha transformado para alojar nuevos espacios de trabajo. Sobre una antigua fábrica textil, durante los años 70 se realizó una remonta con estructura metálica que cuelga sobre una construcción previa de ladrillo. Este espacio funcionó como aparcamiento, almacén y laboratorio científico – culinario, entre otras actividades antes de realizarse el proyecto de adecuación a oficinas.
La reforma transforma el espacio potenciando la identidad propia del lugar y enfatizando las particularidades de la construcción y el emplazamiento. Son una prioridad la mejora del confort térmico y acústico, la ventilación natural y la identificación con el lugar en el que están emplazadas.
El proyecto de Forkstone enfatiza la dimensión del espacio interior y la singular estructura, liberándolo de divisiones interiores y favoreciendo la relación con el exterior mediante nuevas aberturas de gran dimensión hacia el patio de manzana. La secuencia de estas aberturas pone en relación el gran espacio interior resultante con el entorno de la Fira, Montjuïc y Plaza de España.
Forkstone por LoCa Studio. Fotografía por Pol Viladoms.
Estas nuevas aberturas permiten la entrada de la luz natural y ventilación en una fachada anteriormente ciega, y se contraponen a la serie de ventanas estrechas del Carrer Mèxic que protegían del exterior las actividades industriales previas.
Para acoger la nueva actividad, se actualizan instalaciones y servicios. Coincidente con la variación de fachada y estructura de la edificación existente en su adecuación a la trama urbana se dispone una zona de encuentro, office vinculado con un espacio exterior cubierto, así como una zona de aseos que se vuelca hacia el Carrer Mèxic.
En estos nuevos espacios se utilizan estrategias y materiales que refuerzan el carácter del espacio industrial previo que los acoge, a la vez que se pretende aumentar la relación con el exterior. Chapas y espejos en los aseos y tableros tricapa de abeto en las zonas de café se unen mediante pavimentos continuos de linóleo natural que se contraponen a la fuerza y dureza del hormigón y la estructura metálica que los acogen.
El medido uso del color, el interés por liberar y resaltar la singular estructura, la escala del espacio, su pasado industrial, y unas actuaciones contenidas con materiales y soluciones alegres provoca un resultado vibrante y divertido. Una transformación que tiene por voluntad que los nuevos ocupantes disfruten y sean participes de la privilegiada ubicación con enorme confort.