La abadía de Saint-Maurice fue construida hace casi 1500 años. Se encuentra frente a un acantilado en un tramo de la carretera entre Ginebra y el Paso Simplon. Este sitio en particular es muy probable que se eligiese por la posición defensiva que facilitaba el acantilado. Sin embargo, esta defensa inicial resultó ser un fracaso debido a la constante caída de fragmentos de roca del acantilado sobre el edificio. A lo largo de la historia los desprendimientos de rocas tuvieron una influencia importante causando diferentes daños: En 1611 una caída de una enorme roca provocó una convulsión de la abadía, en 1942 una piedra destruyó la cruz-campanario y la entrada de una de las naves del edificio. Estas situaciones se han estado produciendo constantemente y han marcado el sitio a lo largo de su historia.
La cubierta le da al lugar un ambiente tranquilo y casi contemplativo. Se construye por encima de los edificios fundamentales para mantener el diálogo entre las fachadas y la pared del acantilado.
La cubierta se ha diseñado mediante tres puntos de anclaje a la cara del acantilado. Las piedras, situadas encima de la estructura permiten estabilizarla ante la absorción de las ráfagas de viento.