Mientras que la estructura de madera define el volumen, las paredes textiles permiten la definición de la cabaña en sí, mostrándola frente al entorno. Desde el interior las telas dejan ver una proyección de la realidad que siempre es cambiante, siempre pudiendo abrirse desde abajo y arriba para ver la realidad del río y el cielo.
«Le Paravue» por Martin Gaufryau + Quentin Barthe + Tom Patenotte. Fotografía por Vincent Pel-Wassmer.
Descripción del proyecto por Martin Gaufryau + Quentin Barthe + Tom Patenotte
«Le festival de Cabanes» es un concurso internacional, organizado desde 2016 en la región de las «Sources de Lac d'Annecy» y desde hace dos años en St. Germain Laval en el departamento del Loira. El concurso consiste en el diseño de pequeñas cabañas en un emplazamiento previamente designado, que luego deben construir los propios equipos de diseño. Estas construcciones efímeras cuestionan la relación que mantenemos con nuestro entorno y nuestro paisaje.
A nuestro proyecto, ganador del concurso, se le asignó el emplazamiento número 15, situado a orillas del río Aix, al pie de la pequeña ciudad medieval de Saint Germain Laval.
Los elementos naturales contrastan con la ciudad y crean una atmósfera especial, ofreciendo un entorno tranquilo, arrullado por el canto de los pájaros y el sonido del río. Mirando hacia arriba, se vislumbran las copas de los árboles que dan vida al cielo. Estos tres fuertes elementos del paisaje, el río, el bosque y el cielo, crean los límites del emplazamiento del proyecto y se convertirán en elementos del propio proyecto.
«Le Paravue» por Martin Gaufryau + Quentin Barthe + Tom Patenotte. Fotografía por Vincent Pel-Wassmer.
Según Isozaki Arata, en Japón las nociones de tiempo y espacio se reúnen en un concepto único, conocido como «Ma», que es el intervalo natural existente entre dos objetos o entre dos acciones, entre un objeto y el objeto al que ha sustituido o la acción y la acción que le sigue. Esto también se aplica al espacio vacío y a la apertura entre dos elementos, por ejemplo, la idea de ausencia que opone el espacio dentro de un tabique al espacio dentro de una habitación.
Queríamos crear una experiencia para el visitante, ir más allá de las simples funciones de refugio y contemplación. Queríamos ofrecer otra relación con el cielo y cuestionar tanto la intimidad como la naturaleza.
La cabaña se funde con los árboles, desafiando al río, al tiempo que preserva el sendero de la orilla del río Aix. Su estructura despojada le permite integrarse en el entorno sin añadir ningún material superfluo. La parte inferior se abre al río y la superior al cielo, dejando ver las copas de los árboles.
Una rigurosa estructura de madera se impone a primera vista, con diferentes tejidos textiles adornando las paredes interiores de la cabaña. El armazón delimita el volumen y la tela lo muestra.
En las paredes veladas se ve una proyección siempre cambiante de la realidad. Una experiencia inquietante que cuestiona nuestra relación directa con el exterior y la pertinencia de los muros que hemos levantado entre nosotros y el resto.