La propuesta de Canales Lombardero plantea, a través de diferentes elementos arquitectónicos, un equilibrio entre contención y fluidez espacial. Un proceso que se ve reflejado en la formalización de los pilares piramidales, que se convierten en elementos de transición entre la delgadez del «alma» de las grandes vigas del friso del porche y la dispersión de los pilares enanos utilizados para la cimentación.
La intervención se completa con un gran cerramiento de vidrio sin apenas marco, superpuesto sobre el suelo de vidrio del patio inferior, cuya disposición genera una ambigüedad buscada sobre lo que está dentro y está fuera, sobre lo que está arriba y lo que está abajo, desdibujando los límites de la vivienda.
Casa Silberberg por Canales Lombardero. Fotografía por Elena Almagro.
Casa Silberberg por Canales Lombardero. Fotografía por Elena Almagro.
Descripción del proyecto por Canales Lombardero
Este pequeño proyecto de ampliación y reforma de la planta baja y soterrada de una vivienda unifamiliar busca generar nuevas relaciones entre los espacios principales de la casa (salón/comedor/terraza/cocina/sala de juegos) y crear una mayor amplitud para los mismos. Esto se consigue no sólo por la demolición completa del cerramiento trasero de la vivienda, que se desplaza un metro hacia el exterior, y de la construcción de un nuevo porche ocupando toda la fachada en conexión con el jardín, sino también a través de la diafanidad que se le otorga al conjunto como un sólo espacio unificado y al uso imperante del vidrio en el nuevo cerramiento proyectado. Para generar la ampliación trasera es además necesario cubrir con solado de vidrio un patio inglés inutilizado, vinculándose, a través de su visión cruzada en sección el cuarto de juegos en sótano con la sala principal.
Una de las cuestiones principales del diseño es plantear un equilibrio entre contención y fluidez espacial. Esto se realiza a través de dos actitudes de proyecto. La primera es otorgar una cierta independencia a cada uno de los principales elementos arquitectónicos que se incorporan. Así, los pilares piramidales o el friso conformado por gigantescas vigas IPN 600, anclan con su autonomía y particular peso visual unos puntos de referencia dentro de un espacio, que por lo demás, es completamente fluido. En particular, la fisionomía de estos pilares proviene de la transición desde la delgadez del ala de la viga hasta la robustez de los pilares enanos necesarios para trasladar las cargas a un firme profundo sin afectación sobre el muro de carga preexistente.
La segunda actitud es generar una cierta ambigüedad de los propios límites a través de desplazamientos y tensiones. Esto se manifiesta claramente por ejemplo en cómo el cerramiento de vidrio se superpone sobre el suelo de vidrio del patio inferior. Esta corredera, además, sin apenas marco y de gran formato, producen reflejos y transparencias según su disposición que generan dudas sobre lo que está dentro y está fuera, sobre lo que está arriba y lo que está abajo. También la línea de elementos embebidos en el cerramiento preexistente (columnas, bajantes, subida de instalaciones), se muestra voluntariamente como un grupo heterogéneo. Este queda superpuesto a la pulcra línea de cierre acristalada propuesta generando una cierta ambigüedad respecto a cuál es el límite de la vivienda y que contribuye a la tensión referida entre contención y fluidez espacial. Finalmente, elementos de cierre perimetral tradicionalmente suburbanos, como el seto, aparecen, no en el perímetro de la parcela, sino sobre el cerramiento mismo de la casa, aunque este seto aún deba crecer para que el efecto señalado se pueda apreciar.