Los tres edificios proyectados por el estudio Mateo Arquitectura se significan por el uso del ladrillo, que ha permitido al estudio conservar una identidad propia en la construcción holandesa al mismo tiempo que crea un juego de interesantes texturas visuales, obteniendo, finalmente, la característica diferenciadora de lo convencional.
Por otro lado, las fachadas cuenta con una doble capa: una de ladrillo (externa) y otra de madera (interna). Además los tres edificios del proyecto consiguen una gran iluminación natural interior gracias a las terrazas exteriores.
Si bien la intervención cuenta con un estilo renovador, el propio proyecto ha generado una tarea artesanal, donde la idea del arquitecto y el trabajo manual se cruzan.
Descripción del proyecto por Mateo Arquitectura
Plan urbano
Tres edificios diversos, rodean un amplio espacio interior. En este patio se encuentra el aparcamiento, parcialmente cerrado, cubierto de vegetación, fondo visual de la escena. Los edificios alojan viviendas. Son diversos en volumen y en planta y quieren configurar una forma urbana, adaptada al lugar y al uso. Las viviendas intentan alcanzar altos niveles de calidad interior y todas disfrutan de amplias terrazas exteriores. La forma final resultante se piensa adaptada al carácter doméstico del conjunto y pretende ser cualitativa, variada, artesanal, múltiple y humana. Pretende evitar la rigidez abstracta y monótona de muchos ejemplos de viviendas contemporáneas.
Material
Trabajar con la materia es una actividad mental, pero supone experimentar la presencia física, sensible. En Heerhugowaard (Holanda) construyendo viviendas, experimentamos el prototipo en la fábrica de madera de parte de los cerramientos. En la obra, iniciamos las muestras de ladrillos y este permanente movimiento de manos y texturas.
Con una envolvente rugosa, rústica, variada, queríamos evitar la abstracción típica holandesa y generar una piel más compleja y quizás barroca de lo habitual. Como reacción próxima a la domesticidad cercana.
En la capa más superficial, más dura, se utiliza el ladrillo, material tradicional holandés, en distintos colores y texturas, mientras una segunda capa de madera lacada ancla el edificio al entorno. En el marco de un proyecto, experimentalmente, se construye solo digitalmente (es decir, paperless) en donde la racionalidad, eficacia, prefabricación… son claramente protagonistas. El proyecto asumiendo con placer estas coordenadas, también introduce en amplias partes, lugares y superficies que nos recuerdan las condiciones arcaicas de la construcción, el encuentro artesanal de la mano con la cabeza. Como posibilidad también de expresión sensible y material en contacto con la vida doméstica, para la que estos edificios están destinados.