Para probar y mostrar como crecerán y se mantendrán las plantas bajo tierra, se ha abierto el Lowline Lab, un laboratorio y exposición técnica diseñado por Signe Nielsen de Mathews Nielsen que estará abierto a largo plazo. Los experimentos se realizan en un ambiente que simula las condiciones que tendrán las plantas en el subsuelo.
Construido dentro de un mercado abandonado en el Lower East Side, a sólo dos manzanas del verdadero lugar que ocupará la propuesta, el Lowline Lab incluye una serie de experimentos controlados en un entorno que imita a la estación subterránea. El co-fundador James Ramsey con su equipo del estudio Raad, y la compañía de tecnología con sede en Corea Sunportal han diseñado e instalado dispositivos ópticos que siguen al sol durante cada minuto de cada día, optimizando la cantidad de luz natural que son capaces de capturar. La luz del sol se distribuye luego en el almacén a través de una serie de tubos de protección, que dirigen el espectro completo de luz a un punto central de distribución. Una cubierta solar, diseñada y construida por el ingeniero Ed Jacobs, propaga la luz solar a través del espacio, modulándola y haciendo que la planta a la que cubre se mantenga con vida.
El paisaje del Lowline Lab se compone de más de 3.000 plantas y variedades únicas, repartidos en 1.000 pies cuadrados. El laboratorio nos da la oportunidad de estudiar la vida vegetal en el mismo entorno que la futura Lowline y ayudará a determinar qué tipos de plantas crecen mejor bajo tierra.