Llosa Cortegana Arquitectos reflexionan sobre la materialidad, sobre su morfología, escala o la horizontalidad del entorno, así como analizar la incidencia de la presencia o ausencia de sus ocupantes.
Programaticámente el proyecto se caracteriza por una cubierta singular y por la planta excavada en el terreno en la que se sitúa una gran piscina.
«Esta no es una casa»; parafrasean los arquitectos sobre el conocido aforismo de Magritte, «ceci n'est pas une pipe». Nada es lo que parece y a la vez es la reafirmación de una imagen tipología. El proyecto resultante revisa las posibilidades de habitar, de un encuentro familiar diferente, generando nuevos espacios, nuevas visiones para ser y estar.
Pabellón El Olivar por Llosa Cortegana Arquitectos. Fotografía de Juan Solano.
Descripción del proyecto por Llosa Cortegana Arquitectos
«Esta no es una casa»
Este proyecto reflexiona sobre las filiaciones arquitectónicas y la extensión o desborde de la tipología de la casa.
La lectura de la preexistencia de una casa del Arquitecto Emilio Soyer, se hace en torno al encuentro de filiaciones arquitectónicas, de diálogos posibles. Se decodifica un recinto valorado y se traslada en una nueva representación, a modo de dialogo y de tensión. Estas lecturas alternas mediante programas alternos nos permiten la aparición de encuentros arquitectónicos.
El proyecto indaga en torno al desplazamiento de los encuentros programáticos contingentes al habitar en familia dentro de las estructuras de la tipología.
Los programas relacionados al ocio, al encuentro o al deambular se desplazan en búsqueda de un nuevo cobijo; bajo una cobertura que se deja afectar por los trazos de la arquitectura precedente y al mismo tiempo, va definiendo su alteridad.
El subsuelo se excava insertando una diagonal en su trazo, generando el descenso que verticaliza la mirada, desplazamientos corporales que se insertan, accionando una excavación en el territorio añejo del bosque de Olivos.
Pabellón El Olivar por Llosa Cortegana Arquitectos. Fotografía de Juan Solano.
Nos interesan las experiencias arquitectónicas desde su materialidad y trazo, desde la escala y horizontalidad del entorno, en la posibilidad de estar y no estar al mismo tiempo.
Dos acciones: la cobertura y la excavación, definen a este proyecto, dos pulsiones de la propia disciplina de la arquitectura que construyen el lugar habitado, eso que queda afuera de “la casa” pero que sostiene la conciencia de la misma y se confronta a su cotidiano.
Particularmente en este proyecto nos interesan los desplazamientos programáticos generados por diversas contingencias, por este vivir al margen o desplazados de nuestros propios entornos. Es así que la casa se desplaza y se aumenta.
«Esta no es una casa»; parafraseando a Magritte, para afirmar la tipología misma, pero alterando sus propias posibilidades de habitar en el encuentro familiar más periférico., generando nuevos espacios para estar distraído, para deambular y contemplar el silencio.