En este proyecto el hormigón es todo pero se percibe como piel, se convierte en algo táctil, amable con diferentes texturas y colores. Cerca de la tierra es más oscuro y su rugosidad parece querer decir que surge de ella, a medida que emerge, cuando pasa a la altura de la mano es más liso y claro, para seguir creciendo, una luminosidad que se controla y se rebaja en los interiores para conseguir controlar la luminosidad en los espacios académicos.
Descripción del proyecto por Josep Lluís Mateo
En los terrenos de un antiguo cuartel del ejército, y precisamente en el patio de armas, se ubica el ESMA (Ecole Supérieure des Métiers Artistiques).
Edificios militares a reutilizar y nuevos edificios que conformaran un nuevo barrio nos rodean. Contornamos el patio de armas, respetando los grandes árboles en sus límites y definiendo un patio abierto colectivo. El volumen, pese a su rigidez, pretende adaptarse al lugar.
El programa es complejo y muy atractivo; una pequeña ciudad condensada: una gran plaza interior, restaurante, un gran espacio técnico: el plató de rodaje, clases y espacios académicos junto con viviendas, espacios deportivos, etc. Una pequeña ciudad con actividades académicas, de ocio y residenciales. El proyecto intenta proceder a esta condensación vital en forma ordenada y libre.
El edificio es duro, repetitivo, cerrado hacia la calle y más abierto hacia su patio interior. De hormigón masivo, se dulcifica con las diferentes texturas y colores que nos ofrece. Más rugoso y oscuro en contacto con la tierra y más liso y claro según ascendemos hacia el cielo.
La masa se protege y controla su relación con el Sol a través de lamas, toldos o persianas. Especialmente, en los espacios académicos, intentamos conseguir grados diversos de luminosidad, las habitaciones deben poder ser más opacas.
Pensada su imagen también en relación con los grandes árboles y los edificios que lo rodean.