En el trabajo de Amina Benbouchta existe una distancia necesaria con lo real, una distancia que deja campo libre a la imaginación y a la poesía. Esa distancia es de la que la artista marroquí se apodera en su serie de fotografías ‘Down the rabbit hole’, que nos transporta a su universo pictórico donde encontramos trampas, pantallas de lámparas, camas, corazones negros, animales y espejos que forman parte de la iconografía personal, presente también en sus pinturas, de la artista marroquí.
Fechas.- 5 Jun - 27 Jul 2013.
Lugar.- Galería Sabrina Amrani. C/ Madera, 23. 28004 Madrid.
Su obra hasta hace poco exploraba sistemas como el de la pintura o la instalación, en el que buscaba los límites y la rotura de los mismos. Sin embargo, hoy en día estamos presenciando en el mundo árabe un genuino interés por la fotografía contemporánea que no ha sido hasta muy recientemente un medio ampliamente utilizado por los artistas de la región. Existen diferencias de un medio de expresión a otro y Amina ha sabido adoptar la fotografía con maestría para expre- sarse de una manera distinta en esta nueva etapa de su extensa trayectoría artística.
Con esta serie de fotografías Amina Benbouchta consigue un exceso de realidad, como si la pintura hubiera logrado hacer valer sus exce- sos. Es en estos cuidados decorados, en estos paisajes familiares, es dónde cualquier mujer puede reconocerse, dónde quiera que vivan y sea cual sea su condición. Todas aquellas mujeres que en algún momento han sido o se han sentido un objeto sin rostro, despersona- lizado, invisibles en una cárcel doméstica de oro.
Amina se inspira en la madriguera del conejo (“Down the rabbit hole”), como en el cuento de Lewis Carrol, las realidades psicológicas se convierten en realidades objetivas, fronteras borrosas entre el interior y el exterior, igual que Alicia, siempre al límite de lo correcto pero forzando ese límite. Las mujeres que parecen en las fotografías son invisibles en el fondo de la madriguera, figuras modernas de una Alicia que se evaden por la fantasía de la imaginación, por silencios con extraños animales y por la supresión del paso del tiempo.
Para muchas artistas mujeres lo importante es hablar de la situación ambigua de la mujer, posicionada en una sociedad en la cual es a la vez venerada y sagrada, pero al mismo tiempo disminuida o en peligro. Benbouchta trata de marcar el contraste entre la belleza de la forma, el color y los materiales que aparecen en sus fotografías haciendo referencia al confinamiento, la opresión o la sumisión. Ropas de seda, valiosos caftanes cubiertos con bordados de oro, que se convierten en cajitas maravillosas para el cuerpo de las muje- res pero que en ocasiones pueden ser grilletes insoportables. No se puede distinguir diferencia entre los finos adornos de las pantallas de las lámparas y los del vestido de la mujer.
Benbouchta ha optado por ser la protagonista en cada una de sus fotografías, “yo soy lo que estoy mostrando”, logrando superar así la condición de artista para aproximarse a lo universal. Este detalle demuestra también por qué la fotografía es necesaria para la artista: por el compromiso de la artista con el mundo y la sociedad en la que vive, por sus inquietudes sobre las preocupaciones sociales. La fuerza de esta serie de fotografías es la universalidad de la mujer y su aspiración muy contemporánea a más libertad. Un trabajo que sólo podía crearse con fotografía ya que refuerza la creencia en la absoluta equivalencia de los objetos y de las imágenes, en su objetividad y verdad, a pesar de que podamos ver en estas escenas “de género" una forma suave de ironía.
Adaptación libre del texto ‘Down the rabbit hole’ de Bernard Collet.