Descripción del proyecto por Waterscales
Acerca del lugar y la intervención
Álora, con su Castillo y su histórico Arrabal, es proa del paisaje montañoso de la Sierra del Hacho. La villa es resultado de sucesivas historias a ritmo de malagueña que culminan en el célebre Cerco y su Romance. Rica en estímulos tangibles e intangibles, algunos casi perdidos, buscaba renovar y embellecer tanto el modo de vida de los habitantes del Arrabal, como su forma de ser descubierta por el viajero.
Mediante un concurso de ideas, se buscaba la renovación de pavimento, instalaciones urbanas y todo aquello que contribuyese a hacer que sus lugares recuperasen un nuevo fulgor. Propusimos la intervención denominada “Tapiz e: 1/1” que, en diálogo con el paisaje cultural de Álora, registrase su energía. Una suerte de mapa pétreo que ayudara a recorrer, mirar, descubrir, conocer y experimentar el paisaje. La primera fase de la intervención ha sido el denominado Compás de las Ánimas y del Nazareno.
Compás de las Ánimas y del Nazareno
La placeta, que ocupa el lugar de dos viviendas de la calle Ancha, demolidas hacía tiempo, es tanto compás de espera o descanso como enlace entre la calle y el cerro de las Torres. Toma el nombre de las imágenes custodiadas en la Capilla del Castillo: la Virgen de las Ánimas y Jesús Nazareno de las Torres, que procesionan el Viernes Santo y hacen una parada frente al compás. Durante la Semana Santa la placeta es tribuna.
El lugar, mediante texturas, colores, aromas, textos y pavimentos, muestra su pasado doméstico, subraya su presente cofrade y se ofrece al encuentro de habitantes y viajeros. En las paredes, unos textos pregonan la eterna emoción del hallazgo de los tronos junto al pilar de las Ánimas, leve manantial que sopla agua hacia la desgastada piedra.
El desnivel se hace escalón, banco, plataforma, que acoge el sentir de los blancos aromas de la vegetación y, finalmente escalera, alfombra flotante que eleva hacia un mirador desde el que contemplar el valle del Guadalhorce.
Sobre los materiales y su construcción
Los materiales son usados buscando su sinceridad, y su engarce obedece a las ideas perseguidas.
Muros
Los muros laterales muestran, mediante texturas blancas, su antiguo uso de vivienda o jardín. Se pintan a la cal tanto los existentes, como los nuevos planos quebrados de ladrillo perforado. El fondo, elevado, se realiza con dicho ladrillo a tizón que, gracias a su reiterada perforación cerámica, se integra cromáticamente con las cubiertas de teja circundantes.
Suelo
El suelo define su vibración según la dimensión, textura y tono pétreos. Los bancos y escalones son sólidos sillares de granito flameado. La calle Ancha presenta una alfombra central de anchura uniforme con piezas mayores al corte y bandas laterales con piezas menores flameadas. Diversas franjas transversales de granito negro gradúan la intensidad de nuestro paso y enmarcan la huella de los tronos de la Virgen de las Ánimas y Nuestro Padre Jesús Nazareno. Se señala así, de modo permanente, la chicotá que pauta el ritmo procesional.
Escalera
La comunicación de la placeta con el mirador se resuelve mediante una losa escalonada de hormigón que parece flotar sobre nubes vegetales.
Jardinería
El compás es lugar de aromas y sombra. Las especies seleccionadas aseguran su blanca floración alternativa. En los laterales, los mirtos (myrtus communis) flanquean la piedra. Los muros se cubrirán de diferentes jazmines de olor, entre ellos el frondoso stephanotis floribunda y, al fondo, una nube de carissa grandiflora, servirá de alfombra a una bella jacaranda.
Iluminación
La iluminación urbana, a diferencia de la luz anaranjada actual, mostrará los colores naturales del casco. El camino al Castillo se señala al ritmo de menudos adoquines luminosos. En la placeta, un muro blanco es lámpara que rebota la luz “día” tras el anochecer.
Nos gustaría haber capturado una parte de la esencia del rico legado del paisaje cultural aloreño.