A su vez, se puede considerar un proyecto de cultura mediterránea, en el que hay un juego entre las zonas de luz y sombreadas, la brisa humedecida y una posición ambigua respecto a la edificación.
Descripción del proyecto por Amann-Cánovas-Maruri
El trabajo en arquitectura no entiende de tamaños. La oportunidad de construir una pequeña plaza asociada a un edificio de servicios del Parque arqueológico del Molinete es una ocasión única para investigar sobre los materiales que de manera histórica de han manipulado en Cartagena. El esparto, ligado a los campos de Cartago-Spartaria y a la navegación se convierte en uno de los protagonistas de la actuación. También el acero y la madera que en distintas épocas hablan de la construcción naval en los astilleros de Cartagena. En este sentido es un proyecto evocador.
Pero también es un proyecto mediterráneo que valora las superficies sombreadas, las brisas humedecidas por el agua y el placer de situarnos en una posición ambigua respecto a la edificación, ni dentro ni fuera sino entre los límites.
El proyecto se estructura con dos piezas, la primera es un vórtice en las circulaciones de visitantes del Parque Arqueológico, contiene una salida, una tienda y un lugar de descanso, pero también resuelve la circulación de las personas con dificultades motrices, es una pieza construida en chapa de acero de 10mm y madera y se complementa con una pequeña alberca que refresca y trabaja con el sonido.
La segunda pieza es una placita de madera y esparto que matiza el sol y la luz dura del mediterráneo. Es por tanto un lugar de descanso a la sombra. Un reducto para descansar y refrescarse después de unas horas de visita al yacimiento arqueológico.
Esta actuación es un espacio, al fin, que provoca el alivio.