El acuario busca sumergir al visitante en el mundo natural a través del recorrido del edificio desde la cota superior hasta la plaza inferior en tres grandes hábitats (tierra, costa y mar), desarrollandose en paralelo una serie de laboratorios que aprovechan los tanques y sus habitantes para investigar y conocer más sobre los ecosistemas marinos. El Centro se plantea ortogonal, racional, funcional y flexible, con muros de hormigón visto de hasta 22,5 metros de altura dispuestos sobre una superficie de 13.000 metros cuadrados, como si de un cuadro de Piet Mondrian se tratase.
Un esquema que a pesar de su impresionante escalas permite resolver de forma unitaria y simultánea espacios, estructura, envolvente, instalaciones e integración con el entorno, creando algo similar a los restos de un yacimiento arqueológico que Bilbao describe como «una ruina que hemos ocupado».
Acuario a orillas del Mar de Cortés por Tatiana Bilbao. Imagen cortesía de Acuario Mazatlán.
El proyecto cuenta con tres niveles. La planta baja, donde se ubican los distintos espacios de recepción y de instalaciones, la planta primera, donde encontramos la plaza de acceso, y la planta segunda, con el área de soporte de la exposición y vestuarios para el personal. Tanto los alrededores del edificio como su interior cuentan con naturaleza en crecimiento, buscando el contacto entre interior y exterior.
Sin embargo, dados los altos precios de entrada para los residentes locales, al edificio todavía le queda un gran recorrido para convertirse en una pieza integrada en el tejido social de la ciudad, y ser solo un reclamo para el turismo acaudalado. Por otro lado la pretendida flexibilidad planteada en el proyecto parece chocar con los necesarios controles de movilidad y relación con los estresados animales de su interior.
Acuario a orillas del Mar de Cortés por Tatiana Bilbao. Imagen cortesía de Acuario Mazatlán.
Descripción del proyecto por Tatiana Bilbao
El proyecto se engloba dentro del programa de regeneración del conjunto del Parque Central de Mazatlán. La intención es complementar el área pública, natural y cultural del conjunto de gran interés social, marcado por la calidad y singularidad del global de la intervención. El proyecto ofrecerá la experiencia completa de los ecosistemas marinos del Mar de Cortés, así como los terrestres de las orillas del mismo.
El edificio que se propone es el lugar donde la naturaleza, marina y terrestre, se encuentra con la arquitectura y el mundo de los seres humanos. Alrededor y en el interior del edificio la naturaleza habita viva y en crecimiento, dotando al proyecto de identidad, pertenencia al lugar y convirtiendo la experiencia en algo único y completo. Como detonante del espacio se plantea una estructura ortogonal, racional, funcional y flexible, con identidad y pertenencia al lugar donde se implanta. Resuelve de forma unitaria y simultánea espacios, estructura, envolvente, instalaciones e integración con el entorno. Sobre el orden ortogonal definido por la retícula estructural se levantan muros programáticos, funcionales y de servicios e instalaciones, que se extienden hacia el entorno de forma no regular para integrarse con el paisaje circundante y aportando estabilidad estructural a la edificación. El proyecto busca aumentar la superficie de contacto entre interior y exterior, difuminando los límites entre ambos y permitiendo una mayor interacción.
Acuario a orillas del Mar de Cortés por Tatiana Bilbao. Imagen cortesía de Acuario Mazatlán.
La intención del proyecto es sumergir al visitante en el mundo natural a través del recorrido del espacio público exterior extendido desde el entorno a la parte superior del edificio, para posteriormente descender hacia la plaza de acceso pública central desde donde los visitantes iniciarán su recorrido de la exhibición. Desde esta plaza se accede a cada uno de los ecosistemas de la exhibición, mar abierto, costas y tierra y bosque, además de los programas educativos como auditorio y laboratorio público. La experiencia de la exhibición puede iniciarse por cualquiera de los ecosistemas.
El visitante puede seguir la exhibición de forma continua y flexible, ya que la secuencia de espacios comunica de forma continua los programas y a la vez transversalmente y en continuo contacto con el entorno natural exterior.
El proyecto se desarrolla en tres niveles. El primero, a nivel de planta baja, donde se ubica las áreas de administración y staff, recepción de grupos escolares, parte de los servicios públicos y gran parte de las instalaciones de conservación y soporte de vida marina, así como las instalaciones generales centralizadas. En el siguiente nivel, planta primera, se sitúa la plaza de acceso general, exhibición y servicios públicos. Sobre el anterior nivel, se encuentra, solo en un sector de la planta, el área de soporte y atención a los grandes tanques de la exhibición, con programas complementarios de vestuarios, aseos y equipos para el personal de mantenimiento de los tanques y visitantes para la inmersión en el tanque oceánico. En esta planta se encuentran las instalaciones y equipos restantes para el soporte de vida marina.