Memoria de proyecto por F6 Arquitectura
MUSEO CERÁMICO DE TRIANA
El proyecto se desarrolla en el antiguo complejo cerámico, un centro de exposiciones de cerámica, un centro de interpretación en las diferentes rutas turísticas en el barrio de Triana, así como las diferentes áreas de las actividades comerciales y productivas de la Fábrica de Cerámica de Santa Ana.
TRIANA.
En Sevilla, el hecho de cruzar el río y entrar en Triana es como cruzar una frontera imaginaria en la que la lógica de la ciudad histórica se desdibuja. Triana es un barrio que se manifiesta en una pequeña escala, casi doméstica.
Es una zona urbana compleja que mezcla los patios de los vecinos, talleres de artesanía, casas populares y otro tipo de vivienda que se originó a partir del crecimiento residencial de mediados del siglo XX. En Triana hay una coexistencia entre la artesanía tradicional y las actividades artísticas como la cerámica, el flamenco, etc, que están fuertemente identificado con el área y que se refleja claramente en las bulliciosas calles. Triana es el lugar para disfrutar de la vida sencilla de cada día. La producción de cerámica es uno de los principales oficios en los que el desarrollo de Triana se basa desde su origen, existiendo por lo tanto una fuerte identidad entre el barrio y la actividad cerámica.
Estamos en una zona con un enorme atractivo para la arquitectura contemporánea. En Triana no vamos a encontrar nuevos y grandes edificios públicos, ni mucho menos nos encontramos con lugares para alteraciones o infiltraciones a través de pequeñas modificaciones, lo que nos permite descubrir nuevas posibilidades en una configuración urbana diversa y heterogénea.
Vista interior. Centro Cerámico de Triana por AF6 Arquitectos. Fotografía © Jesús Granada.
CONDICIONES DE PATRIMONIO.
Desde el exterior, el complejo muestra una imagen heterogénea que nos cuenta una historia intrínsecamente relacionado con la cultura de Triana (industria de la cerámica, el comercio y la vivienda). Se compone de dos parcelas interconectadas donde hay tres edificios diferentes conectados entre sí con diferentes fachadas a la calle.
El primero proporciona acceso al Centro de Ceramica Triana y se enfrenta con los azulejos de publicidad únicas de Ceramica Santa Ana. Constituye la esquina que da a la Plaza del Altozano, desde donde comienza el puente de Triana. El segundo, de menor altura, con un aspecto industrial y más austero y, finalmente, el tercero, que solía ser un edificio de tres pisos con una entrada independiente desde la calle.
La antigua fábrica mantuvo su producción hasta el final del siglo XX. Este hecho ha permitido que muchos de sus elementos sean completos y situados en su sitio original: siete hornos de cocción, un pozo, fábricas de pigmentos, talleres y almacenes.
Durante los trabajos arqueológicos fueron hallados restos de otras 8 hornos, de las cuales las más antiguas estaban en uso hasta finales del siglo XVI. Dos de estos hornos se han integrado en el proyecto. La antigua fábrica no es visible desde el exterior, sino que se oculta detrás de los edificios que conforman su imagen urbana.