Hans Ulrich Obrist comenzó en 1990 a reunir información sobre un tipo de arte poco común: el de los proyectos no realizados.
“Unos caminos no recorridos que conducen a un filón de ideas artísticas: proyectos olvidados, proyectos directa o indirectamente censurados, proyectos incomprendidos, proyectos oprimidos, proyectos perdidos, proyectos irrealizables… Aunque ya no es posible preguntar a Calder sobre ello, pensé que podría ser interesante aplicar la metodología de lo irrealizado a la historia del arte. Esta exposición del Centro Botín nos brinda la fascinante oportunidad de hacerlo por primera vez”, asegura el comisario de la muestra.
Algunas de las obras más conocidas de Calder fueron fruto de colaboraciones con importantes arquitectos, coreógrafos y compositores de su tiempo, unas historias que hasta la fecha no han sido prácticamente estudiadas. Se trata de proyectos que en su mayoría vieron la luz, aunque en ocasiones no llegaron a materializarse. Calder Stories se embarca en una exploración de lo que Calder dejó tras de sí, añadiendo nuevos matices y complejidades al conocimiento del artista, considerado un pilar fundamental del arte del siglo XX.
Entre los proyectos nunca realizados que pueden contemplarse en el Centro Botín, se cuentan una serie de seis maquetas creadas por Calder en 1939 para acompañar la propuesta de Percival Goodman para la construcción de la Smithsonian Gallery of Art, en Washington D.C. También un conjunto de casi dos docenas de bronces de 1944, creados por sugerencia de Wallace K. Harrison para un edificio de estilo racionalista, que debían haberse construido en hormigón con una altura de entre nueve y doce metros, aunque finalmente nunca se materializaron.
En el ámbito de las artes escénicas, también se presentan varios bocetos realizados entre los años treinta y cuarenta detallando unas complejas coreografías abstractas, así como propuestas para lo que Calder denominó «objetos-ballet», incluyendo escenografías para la propuesta de un ballet con música por Harrison Kerr. La exposición incluye animaciones digitales de algunas de esas composiciones, creadas expresamente para la ocasión.
Asimismo, en esta exposición del Centro Botín pueden verse importantes encargos realizados in situ por Calder para mecenas de todo el mundo. Entre ellos, destaca Untitled (1954), una gran escultura móvil creada para la oficina de venta de billetes de Middle East Airlines, en Beirut. También Escutcheon (1954), una escultura realizada al mismo tiempo que la anterior en un estudio improvisado en la capital libanesa, así como Guava, Franji Pani y Red Stalk, algunas de las esculturas creadas por Calder en 1955 durante un viaje a Ahmedabad, en la India. Unas obras, estas últimas, creadas a instancias de su anfitrión Gira Sarabhai, que ofreció al artista y a su esposa la posibilidad de viajar por el país a cambio de obras de arte. Todos estos encargos posicionan a Calder como el primer artista verdaderamente internacional, al realizar todas estas obras viajando incesantemente en una época en la que no era lo habitual.
Calder Stories sigue el proceso creativo del famoso artista norteamericano durante estas y otras experiencias. Una visión holística de las intenciones de Alexander Calder a través de bocetos y obras efímeras, que brindan al espectador la oportunidad de contemplar piezas nunca antes vistas. Además, esta muestra del Centro Botín incluye varios encargos fílmicos realizados a artistas contemporáneos e inspirados en Calder y/o en su obra, ampliando así el legado de colaboraciones con cineastas llevadas a cabo por el propio artista en su día.
Calder Stories también cuenta con un catálogo ilustrado y acompañado de textos del comisario de la exposición, Hans Ulrich Obristd. Además, incluye entrevistas realizadas a la directora de cine Agnès Varda y al artista Jack Youngerman.