El proyecto propuesto por el joven estudio moscovita AI-Architects ha sido seleccionada como ganadora de un concurso para diseñar la nueva estación de metro de Sheremetyevskaya en Moscú, Rusia. El concurso internacional y abierto, buscaba propuestas para tres estaciones situadas a lo largo de la nueva línea de intercambio del metro de la capital: "Rzhevskaya", "Sheremetyevskaya" y "Stromynka". Los otros dos estudios ganadores han sido BlankARCHITECTS para la estación de "Rzhevskaya" y MAPARCHITECTS para la estación de "Stromynka".
El proyecto está inspirado en las "tradiciones aristocráticas rusas", empleando lo mejor de materiales como los azulejos y la porcelana, pero siendo a su vez prácticos y funcionales. El esquema de AI-Architects emplea una serie de formas redondeadas, que ellos señalan como "amigables" y capaces de filtrar grandes flujos de personas hacia y desde los andenes de la estación.
El proyecto está inspirado en las "tradiciones aristocráticas rusas", empleando lo mejor de materiales como los azulejos y la porcelana, pero siendo a su vez prácticos y funcionales. El esquema de AI-Architects emplea una serie de formas redondeadas, que ellos señalan como "amigables" y capaces de filtrar grandes flujos de personas hacia y desde los andenes de la estación.
«Los proyectos ganadores se convertirán en símbolos contemporáneos de los lugares históricos donde se ubicarán las nuevas estaciones: - Distrito de Maryina Roshcha, Estación de Rizhsky, Parque de Sokolniki - todo esto es muy querido por los moscovitas. Por lo tanto, era importante afinar su apariencia arquitectónica» comentó Sergey Kuznetsov, Jefe de Arquitectura de Moscú.
El diseño de la estación de Sheremeryevskaya, según sus autores, combina la singularidad y magnificencia de las estaciones históricas de Moscú, con la ergonomía y funcionalidad de las estaciones más modernas de la ciudad, resultando ser un proyecto que según los arquitectos es "elegante y tecnológico". La estación, bautizada con el nombre del noble ruso Count Sheremetyev, contará con conjuntos de porcelana y azulejos, un material común a la arquitectura de la nobleza rusa.
Apoyados en el suelo, los grandes pedestales esféricos vidriados soportan el techo de la estación de 70 metros de largo, generando una apariencia flotante. Esta percepción se prolonga hasta el subterráneo, donde estas grandes pilastras redondeadas se muestran con un acabado en granito que se asemeja a pedazos agrietados de porcelana. Varias opciones de diseño dentro de la estación ayudan a mejorar la experiencia del usuario, incluyendo bancos integrados en paredes interiores y superficies espejadas destinadas a reducir la velocidad de los pasajeros, que involuntariamente disminuirán la velocidad para mirar su reflejo.
Este es el segundo encargo importante para los arquitectos moscovitas, tras la finalización de la remodelación de la Plaza Borovitskaya en el centro histórico de Moscú, próxima a las murallas del Kremlin.