Las instalaciones se organizan en dos grandes bloques programáticos aprovechando y siguiendo la tradición de las bodegas de la zona que las hace eficaces y sostenibles: El programa productivo, bajo rasante y el programa social y enoturismo, sobre rasante. Entre las naves a modo de charnela se ubican los espacios de servicio necesarios para la producción.
La zona de producción se resuelven mediante losas pretensadas, pilares prefabricados y muros de contención prefabricados de gran altura. La zona sur, de mayor complejidad geométrica, se resuelve con una estructura «in situ» y una gran losa postesada que hace las veces de parasol y cubierta.
El complejo utiliza un sistema de once pozos de geotermia y una serie de tubos embebidos en el hormigón que permiten de manera radiante, mantener la temperatura estable en las naves con un consumo de energía mínimo, lo que unido al aislamiento y el enterramiento de las naves, permite un conjunto de gran inercia térmica.
Descripción del proyecto por IDOM
El viñedo es protagonista. La bodega se entierra dejando que el paisaje la atraviese y quedando integrada en el mismo.
El proyecto nace de una aproximación meditada al lugar en su dimensión histórica, geográfica, geológica, topográfica y simbólica, anclándose al terreno buscando una operación unitaria en todas sus dimensiones.
Ubicado en el norte de España, el entorno de la Rioja Alta cuenta con unas condiciones climáticas, geológicas y topográficas idóneas para la elaboración del vino. Si bien la producción del vino viene de antiguo, la llegada del ferrocarril en el siglo XIX y el interés de los viticultores franceses por el excelente producto local fueron las claves que empujaron el desarrollo de la industria vitivinícola en la zona.
La parcela se encuentra ubicada en el entorno de la Rioja Alta, en el municipio de Ollauri. Las pendientes del entorno son muy suaves formando una meseta en la que se extienden los terrenos de viñedo, salpicados de pequeños cerros. Esta meseta está presidida a norte y sur por sendas formaciones montañosas.
Los viñedos y las bodegas históricas colmatan dicha meseta extendiéndose por los pueblos del entorno, Rodezno, Briones, Haro, etc. Estas edificaciones tradicionales tienen una estructura organizativo-productiva tremendamente eficaz y sostenible. En planta alta se dispone la vivienda, en planta baja la recepción de la uva y en planta sótano, encastrada en el terreno la nave de fermentación, el calado. Dicha construcción garantizaba la estabilidad térmica del vino de manera tan eficaz que acabaron cuajando el subsuelo de los pueblos circundantes. Así son las bodegas de María Ollora o Federico Paternina entre otras.
Esta lección fue tenida en cuenta al ubicar el proyecto en la parcela. Aprovechando un salto de terreno de 8 metros en forma cóncava con orientación sureste, la bodega se encastra en el mismo dejando el programa productivo enterrado y situando sobre la rasante el programa social. Esta estrategia permite:
- La producción por gravedad: el vertido de la uva se lleva a cabo en el nivel superior procesándose de manera descendente.
- Aprovechamiento de la inercia térmica: los espacios de producción, crianza y almacenaje de vino están enterrados.
- Integración en el paisaje, conectando el paisaje de la cota superior e inferior a través del propio edificio.
La bodega se articula en torno a dos grandes bloques de programa. El programa productivo, bajo rasante y el programa social y enoturismo, sobre rasante.
El primero, estrictamente funcional, se organiza en tres paquetes (depósitos, barricas y jaulones) que se articulan en un proceso lineal. Dichas piezas se adecúan al terreno formalizándose en naves rectangulares, cuya posición y dimensión se optimizó para adaptarse a la geología de la zona evitando la roca del subsuelo y equilibrando el movimiento de tierras.
Entre las naves a modo de charnela se ubican los espacios de servicio necesarios para la producción.
La uva se vierte a través de las tolvas en la cota superior, pasa a ser estrujada y volcada en los depósitos. En esta área se procede al prensado y a los correspondientes trasiegos entre depósitos de acero, madera y hormigón. El vino se traslada de la nave de depósitos a la de barricas y finalmente a la de embotellado recorriendo el edificio de este a oeste, para, finalmente, llegar después del proceso adecuado de crianza a la expedición.
Cada nave tiene una relación distinta con la luz y las vistas, en función de las limitaciones propias del vino. Los depósitos tradicionalmente enterrados y sin luz, están completamente abiertos al paisaje y protegidos de la radiación directa. Las barricas reciben una leve luz indirecta tamizada por el programa de la zona social, la nave de jaulones es completamente ciega.
El programa social se ubica sobre rasante y se encuentra en estrecha relación visual con el paisaje y con el proceso productivo, sin interferir. Este binomio industria-territorio es pretendido y busca hacer de esta transparencia una experiencia global.
Las naves de producción se resuelven mediante losas pretensadas, pilares prefabricados y muros de contención prefabricados de gran altura. Agilizando el proceso constructivo y eliminando la necesidad de encofrados temporales y mejorando la seguridad de la obra y el acabado.
A su vez, la zona sur, de mayor complejidad geométrica, se solventa mediante estructura in situ y una gran losa postesada calculada como pieza única que hace las veces de parasol y cubierta.
La estructura está íntimamente relacionada con la estrategia de acondicionamiento del edificio. Aunando tradición e innovación, se utiliza un sistema semi-pasivo que busca en su diseño conseguir una gran resiliencia.
Tanto las naves prefabricadas como el hormigón in-situ están activados (donde es necesario) mediante un sistema de GEO-TABS. La instalación de once pozos de geotermia y una serie de tubos embebidos en el hormigón permiten de manera radiante, mantener la temperatura estable en las naves con un consumo de energía mínimo. Sumando a este sistema el aislamiento y el enterramiento de las naves, se obtiene un edificio de gran incercia térmica que permite mantener controlado y con gran estabilidad la temperatura de las naves de producción (barricas y jaulones). Y una estabilidad y confort sobresaliente en las zonas ocupables (zona social).
La calidad del aire se controla paramétricamente tanto en la zona de producción como en los espacios sociales.
La geometría del edificio y su implantación son fundamentales para el control solar y la disposición de protecciones móviles permite proteger del deslumbramiento. Se combina la iluminación natural con iluminación artificial de bajo consumo, y se dispone de cubiertas vegetales que son a la vez captadores de agua de lluvia.
Mas que un simple contenedor genérico de un proceso industrial, en el que la maquinaría de producción, independiente del entorno, expide un producto vendible; La Bodega para Gonzalez Byass es una respuesta unitaria al lugar, al programa y al proceso productivo.
Un edificio que se integra en el paisaje, que enraíza en la profundidad de la tierra, participando de sus ciclos y resultando en un intercambiador respetuoso entre la naturaleza y el producto final, el vino.