Su volumen se identifica por una galería cubierta y pública que protege la fachada oeste y define un espacio público amable frente a la cancha de rugby.
El volumen de la construcción, en forma de «sombrero» en un marco de madera revestido de una piel metálica, es la expresión formal de la organización de usos: el gran salón y las gradas están contenidos en un solo volumen en las dimensiones optimizadas de 7m bajo la estructura. El resto de espacios contiguos que no requieren gran altura se organizan en torno a la periferia de la estancia. Un volumen alto para espacios mayores y un volumen bajo para espacios secundarios.
El proyecto se construyó a través de la elección de una estructura de madera de los territorios del «macizo central», obteniendo la etiqueta BTMC.
Centro de Deportes y Cultura por Link Architectes. Fotografía por Salem Mostefaoui.
Centro de Deportes y Cultura por Link Architectes. Fotografía por Salem Mostefaoui.
Centro de Deportes y Cultura por Link Architectes. Fotografía por Salem Mostefaoui.
Descripción del proyecto por Link Architectes
El sitio, notable por su posición en el extremo este de la ciudad de Puy Guillaume, se caracteriza por un espacio en gran parte abierto a las montañas de Forez y al campo circundante. Un paisaje rural, banal y notable a la vez, donde las cualidades de un horizonte montañoso se mezclan con las construcciones pobres y ordinarias de las afueras del pueblo. La parcela del proyecto está ocupada por un aparcamiento que linda con el campo de rugby, talleres municipales y un garaje para coches.
Esta es una situación ambigua para un edificio que finalmente resulta ser el más voluminoso de este conjunto construido. El proyecto excluye cualquier forma de brutalidad o ruptura del contexto al favorecer una relación de complicidad con lo existente. Establece su ubicación y su geometría en relación con la forma y el espacio más claros y tangibles del sitio, el campo de rugby, y encuentra su expresión a través de la familiaridad material y formal con los edificios adyacentes.
El proyecto busca tanto una conexión con el gran paisaje como una relación urbanística con el casco urbano y las edificaciones terciarias, deportivas y técnicas ya presentes. Por su escala, su reconocible forma “icónica” y su ubicación en la línea trasera del campo de rugby, marca una presencia fuerte y singular en la escala de su programa. Asume plenamente su carácter de equipamiento público sin ser monumental pero abriendo generosamente sus espacios al exterior.
Centro de Deportes y Cultura por Link Architectes. Fotografía por Salem Mostefaoui.
Situado en la parte superior del terreno, el pabellón deportivo y cultural disfruta de una vista sobresaliente de todo el sitio. También forma un telón de fondo que oscurece parcialmente los edificios de los servicios técnicos y recompone un decorado reenfocado a las actividades deportivas. El edificio, más allá de su propia funcionalidad como pabellón deportivo, tiene la ambición de poner en valor este lugar de interés paisajístico en el límite de la población y reforzar los usos ya presentes. El camino periférico al campo de rugby estructura y organiza naturalmente los recorridos y espacios del sitio. Imaginamos el lugar en un día de partido, un momento en que la multitud es más fuerte: La implementación del proyecto refuerza esta estructura existente y busca materializar esta organización claramente.
Es por una galería cubierta y pública en la ampliación del polideportivo que el edificio se aferra a lo existente. Esta galería protege la fachada oeste y define un espacio público amigable frente al campo de rugby. El espacio de convivencia ubicado en la esquina suroeste se abre ocasionalmente a la galería a través de una barra de refrigerios al aire libre para agregar valor a los usos que ya existen en el sitio.
Queremos que el edificio, en lugar de ser un objeto arquitectónico aislado, sea un verdadero vector de urbanidad y encuentro para los usuarios y el público. La galería es uno de los dispositivos que permite esto. El segundo beneficio de este espacio es el polideportivo. La esbeltez de la estructura en voladizo en toda la longitud de la fachada crea una generosa cubierta que protege el polideportivo de la luz occidental manteniendo una total transparencia y continuidad con el exterior.
Centro de Deportes y Cultura por Link Architectes. Fotografía por Salem Mostefaoui.
El volumen de la construcción, en forma de «sombrero» en un marco de madera revestido de una piel metálica, es la expresión formal de la organización de usos: el gran salón y las gradas están contenidos en un solo volumen en las dimensiones optimizadas de 7m bajo la estructura. El resto de espacios contiguos que no requieren gran altura se organizan en torno a la periferia de la estancia. Un volumen alto para espacios mayores y un volumen bajo para espacios secundarios. Estos últimos se cubren con cubiertas que dan escala humana a los usos y permiten una suave transición entre los espacios diferenciados del programa.
La galería exterior pertenece a estos espacios bajo las cubiertas. Se beneficia de una posición estratégica frente al campo de rugby al oeste y forma un espesor entre el interior y el exterior. El proyecto, queriendo integrarse lo mejor posible en este territorio, quiere ser también vector de los sectores de la construcción y del saber hacer local, especialmente del sector de la madera de los territorios del «macizo central», obteniendo así el sello BTMC.
El proyecto busca, a través de la elección de una estructura de madera y su volumetría general, ofrecer un espacio interior caracterizado por el uso de materiales crudos y resistentes. El proyecto de la estructura contribuye a la cualidad «rústica» del espacio interior. Se controla el dominio de la luz en la gran sala, garantizando un confort óptimo para la práctica del deporte. Está iluminado naturalmente y tiene una vista despejada del exterior, tanto para brindar vistas del campo de rugby y el paisaje de fondo, como para mostrar sus actividades desde el exterior.
