Aprovechando la exposición de Diego Rivera que comentábamos en el artículo de ayer, traigo una parte de uno de los últimos textos que he publicado. Aquí la última frase con la que termina el artículo: .../... En la actualidad la única partitura que se interpreta parece una cacofonía donde sólo prima la tórrida economía. Es decir la libertad, la ilusión, la ciencia, la cultura y la pasión, parecen un cóctel demasiado explosivo para ser real. Sin embargo, fue una combinación real que se produjo en un tiempo gris donde el optimismo y la mirada hacía un futuro mejor también tenían su sillón.

Durante la depresión que caracterizó la década de 1930 en los Estados Unidos, período conocido como New Deal (Nuevo Trato), los viajes e intercambios entre el México post-revolucionario y el industrial, aunque deprimido, vecino del norte, EE.UU., fueron una constante.

La búsqueda de un arte netamente americano, el desarrollo de programas como el Federal Art Project, la facilidad con que importantes empresarios, como las familias Ford o Rockefeller, realizan encargos a muralistas mexicanos fue algo común. José Clemente Orozco o Diego Rivera realizaron en California, en Nueva York y en Detroit importantes encargos de murales (1) y, a su vez, pintores como Marlon y Grace Greenwood, Pablo O’Higgins o Isamu Noguchi, realizaron murales en ciudad de México.

La mujer

Por lo anterior, no resulta extraño contar que Diego Rivera y Frida Kahlo permanecieran trabajando en Estados Unidos casi de manera permanente entre 1931 y 1934, y tampoco que el viaje fuese a la inversa y en 1935 el joven Isamu Noguchi pasase casi todo el año en Ciudad de México realizando un mural en el Mercado Abelardo Rodríguez. Si el mural que allí realizó es poco conocido y, durante mucho tiempo permaneció olvidado en la mayoría de las historiografías sobre Isamu Noguchi, la pasional relación amorosa que este mantuvo con Frida Kahlo siempre ha quedado bajo una nebulosa ambigua.

En 1934 Diego Rivera consiguió reconstruir en el Palacio de Bellas Artes de México el mural que no había podido realizar en el hall del Rockefeller Center, “Hombre en la encrucijada”. A los pocos meses Frida Kahlo descubre una nueva infidelidad de Diego Rivera, con su hermana Cristina, quien había estado posando como modelo en dos murales. Aunque desde su boda, en 1929, la relación entre ambos había sido muy abierta, Frida no soporta que este engaño sea con su hermana y, a principios de 1935, terriblemente dolida por esta relación, abandona la casa de San Ángel, en la que vivía con Diego, y se traslada a un apartamento alquilado en la avenida Insurgentes, en el centro de la ciudad de México. Aquello no resuelve nada y en el verano, en julio de 1935, decide marchar con su amiga Anita Brenner a Nueva York.

El viaje

Frida no es la única en realizar ese mismo año el viaje de Nueva York a México. Noguchi, buscando salida a su trabajo y ante sus fracasados intentos por integrarse en proyectos de la Administración, como el Works Progress Administration (WPA) Art Program, decide buscar otras vías para la realización de su trabajo (había conocido a José Clemente Orozco y se sentía fascinado por su obra y por su rol de artista revolucionario). Deja Nueva York y se desplaza a Hollywood, California, para posteriormente dirigirse hacia el sur, hacia Ciudad de México en un coche (un Hudson) prestado por su amigo Buckminster Fuller.

Dado el reducido tamaño de la comunidad artística de México en esa época y las ganas de Frida de conseguir independizarse de Diego, o, tan solo, su despecho, parece inevitable que Noguchi y Frida se conocieran en un encuentro de artistas organizado por la Fundación Guggenheim en la ciudad (2). Los proyectos de Isamu comienzan a realizarse y consigue, gracias a la ayuda de sus compatriotas, las artistas Marlon y Grace Greenwood que le ofrezcan un mural en el Mercado Abelardo Rodríguez donde ellas también estaban participando como muralistas.

«¡Qué diferente era México! Aquí, de repente, ya no me sentía extraño por ser artista, los artistas eran personas útiles, una parte de la comunidad. Un grupo de artistas que trabajaban en el mercado de Abelardo Rodríguez me ofrecieron una pared para esculpir, si aceptaba el mismo tipo de salario que recibían los que pintaban al fresco, tanto el metro cuadrado. Acepté encantado.

Así es como hice mi primera gran obra, en cemento coloreado y ladrillo tallado, dos metros de alto y veintidós de largo, que llamé la «Historia de México»(3).

.../...

[Extracto del texto "Un mercado. Una fórmula. Un mural por Isamu Noguchi". José Juan Barba]

Más información

José Juan Barba (1964). Arquitecto por la ETSA Madrid (1991). Doctor Arquitecto por la ETSA de Madrid, Sobresaliente «Cum lauden» por su tesis «Invenciones: Nueva York vs. Rem Koolhaas, Bernard Tschumi, Piranesi» (2004). Mención especial en los premios nacionales de terminación de estudios (1991). Funda su estudio en Madrid, 1992 (www.josejuanbarba.com).

Es crítico de arquitectura y director de la revista METALOCUS desde 1999. Asesor de diferentes ONGs hasta 1997.

Profesor Titular Universidad de Alcalá de Urbanismo, Proyectos,  Teoría y Crítica de la Arquitectura, en grado y máster, así como invitado en diferentes universidades nacionales e internacionales (Roma TRE, Politécnico de Milán, UPMF Grenoble, ETSA Madrid, ETSA Barcelona, U. Thesaly Volos, UNAM México, F.A. Montevideo, U. Iberoamericana México, IE School, U.Alicante, U.Europea Madrid, UCJC, Washington, Medellín, ESARQ-U.I.C. Barcelona,...).

Maître de Conferencies, IUG-UPMF Grenoble, 2013-14. Profesor Titular de la EA Universidad de Alcalá desde 2003. Su trabajo se ha publicado internacionalmente. Es miembro habitual en los jurados académicos y entre otros, del concurso para la editorial de la revista Quaderns (2011), de los Premios Mies van der Rohe (2010-2024),  o de EUROPAN13 España (2015-16). Ha sido invitado para participar en la Biennale di Venezia 2016 como parte de la exposición «Spaces of Exception / Spazi d'Eccezione».

Ha publicado varios libros, en 2020 «CONGRESO ANYWAY. La ciudad de las ciudades», en 2016 «#positions» y en 2015, «Invenciones: Nueva York vs. Rem Koolhaas, Bernard Tschumi, Piranesi». Y participado en otros como, «Espacio público Gran Vía. La Ciudad del Turismo» (2020), «Spaces of Exception / Spazi d'Eccezione» (2016) «La mansana de la discordia» (2015), «Arquitectura Contemporánea de Japón: Nuevos territorios» (2015).... Algunos premios ganados: 

- «PIERRE VAGO» ICAC. International committtee of Art Critics AWARD. Londres, 2005.
- «PANAYIOTI MIXELI AWARD». SADAS-PEA, premio a la difusión de la Arquitectura, Atenas, 2005.
- «SANTIAGO AMÓN» AWARD, premio a la difusión de la Arquitectura. C.O.A.M. Madrid, 2000.
- FAD AWARD 07 Intervenciones Efímeras. Primer Premio. “M.C.ESCHER”. Arquin-Fad.  Barcelona, 2007.
- World Architecture Festival. Centro de Investigación e Interpretación de los Ríos. Tera, Esla y Orbigo. Finalista. Barcelona, 2008
- GRAN VÍA POSIBLE. Primer premio. “Delirious Gran Vía”. Madrid, 2010.
- REFORMA DE ENTORNO DEL RÍO SEGURA.Premio. Murcia, 2010.

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Isamu Noguchi (1904-1988) fue uno de los escultores más importantes y aclamados por la crítica del siglo XX. A través de toda una vida de experimentación artística, creó esculturas, jardines, diseños de mobiliario e iluminación, cerámica, arquitectura y diseños de escenarios. Su obra, a la vez sutil y audaz, tradicional y moderna, establece un nuevo estándar para la reintegración de las artes.

Noguchi, un internacionalista, viajó extensamente por toda su vida. (En sus últimos años se mantiene estudios en Japón y en Nueva York.) Descubrió el impacto de las obras públicas de gran escala en México, cerámicas terrosas y tranquilos jardines en Japón, técnicas sutiles de tinta en China, y la pureza del mármol en Italia. Incorpora todas estas impresiones en su obra, donde utiliza una amplia gama de materiales, incluyendo acero inoxidable, mármol, hierro fundido, madera de balsa, bronce, aluminio de hoja, basalto, granito, y agua.

Nacido en Los Ángeles, California, de madre americana y padre japonés, Noguchi vivió en Japón hasta la edad de trece años, cuando se trasladó a Indiana. mientras estudiaba pre-medicina en la Universidad de Columbia, tomó clases de escultura de las tardes, en el Lower East Side de Nueva York, con el escultor Onorio Ruotolo. Pronto dejó la Universidad para convertirse en un escultor académico.

En 1926, Noguchi vio una exposición en Nueva York de la obra de Constantin Brancusi que cambió profundamente su dirección artística. Con una beca John Simon Guggenheim, Noguchi fue a París, y de 1927 a 1929 trabajó en el taller de Brancusi. Inspirado por las formas reductivas del artista, Noguchi se volvió hacia el modernismo y una especie de abstracción, infusionando sus piezas de cuidada terminación con una expresividad lírica y emocional, y con un aura de misterio.

El trabajo de Noguchi no fue ampliamente reconocido en los Estados Unidos hasta 1938, cuando completó una escultura a gran escala que simboliza la libertad de la prensa, que fue encargado por el edificio Associated Press en el Rockefeller Center, de Nueva York. Este fue el primero de lo que se convertiría en numerosas obras públicas celebradas en todo el mundo, que van desde parques infantiles para plazas, jardines a  fuentes, todo reflejando su creencia en la importancia social de la escultura.

En 1942, Noguchi estableció un estudio en el callejón MacDougal 33, en Greenwich Village, después de haber pasado gran parte de la década de 1930  en la ciudad de Nueva York, pero viajando frecuentemente a Asia, México y Europa.

El ataque japonés a Pearl Harbor y la reacción contra los japoneses-americanos en los Estados Unidos tuvieron un efecto personal dramático en Noguchi, motivándolo para convertirse en un activista político. En 1942, comenzó  la Mobilización por la Democracia de Artistas y Escritores Nisei [Nisei Writers and Artists Mobilization for Democracy], un grupo dedicado a dar a conocer el patriotismo de los estadounidenses de origen japonés. También pidió ser trasladado en un campo de internamiento en Arizona, donde vivió durante unos breves siete meses. Después de la Guerra, Noguchi pasó una gran cantidad de tiempo en Japón explorando las dolorosas cuestiones planteadas durante los años anteriores. Sus ideas y sentimientos se reflejan en sus obras de ese período, en particular en las esculturas de losa delicadas presentes en la exposición de 1946, "Catorce estadounidenses" ['Fourteen Americans'], en el Museo de Arte Moderno, Nueva York.

Noguchi no pertenece a ningún movimiento en particular, pero colaboró ​​con artistas que trabajan en una variedad de disciplinas y escuelas. Creó escenarios en 1935 para el bailarín / coreógrafo Martha Graham, a partir de una colaboración permanente; así como para el bailarín / coreógrafo Merce Cunningham, Erick Hawkins, y George Balanchine y el compositor John Cage. En la década de 1960, Noguchi comenzó a trabajar con la piedra tallador Masatoshi Izumi en la isla de Shikoku, Japón; una colaboración que también continuaría durante el resto de su vida. De 1960 a 1966, trabajó en un diseño de parque infantil con el arquitecto Louis Kahn

Cada vez que les da la oportunidad de aventurarse en la producción en masa de sus diseños de interiores, Noguchi aprovechó. En 1937, se diseñó un interfono baquelita para el Zenith Radio Corporation, y en 1947, su mesa de cristal fue producido por Herman Miller. Este diseño, junto con otros, como sus diseños para Akari Light Sculptures que fueron desarrollados inicialmente en 1951 utilizando materiales tradicionales japoneses todavía se están produciendo en la actualidad.

En 1985, Noguchi abre la Isamu Noguchi Garden Museum (ahora conocido como el Museo Noguchi), en Long Island City, Nueva York. El museo, creado y diseñado por el artista, marcó la culminación de su compromiso con los espacios públicos. Situado en un edificio industrial de 1920 en la calle de donde el artista se había establecido un estudio en 1960, tiene un jardín de esculturas al aire libre sereno, y muchas galerías que muestran el trabajo de Noguchi, junto con fotografías y modelos de su carrera.

La primera retrospectiva de Noguchi en los Estados Unidos fue en 1968, en el Museo Whitney de Arte Americano en Nueva York. En 1986, representó a los Estados Unidos en la Bienal de Venecia. Noguchi recibió la medalla MacDowell Edward a una Contribución Vital Sobresaliente en las Artes[Edward MacDowell Medal for Outstanding Lifetime Contribution to the Arts] en 1982; el Premio Kyoto en Artes en 1986; la Medalla Nacional de las Artes en 1987; y la Orden del Tesoro Sagrado del Gobierno de Japón en 1988. Murió en la ciudad de Nueva York en 1988.
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Publicado en: 29 de Diciembre de 2011
Cita: "Un mercado. Una fórmula. Un mural por Isamu Noguchi" METALOCUS. Accedido el
<http://www.metalocus.es/es/noticias/un-mercado-una-formula-un-mural-por-isamu-noguchi> ISSN 1139-6415
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