Autodenominados como "ultratecnólogos" por su uso de la tecnología como herramienta para expandir nuestros conocimientos y experiencias, el colectivo teamLab busca ampliar las posibilidades del arte a través de lo digital y generar nuevas formas de relacionarnos con el entorno a través de sus obras.
Las artistas integrantes en teamLab son el máximo exponente de un lenguaje visual radicalmente contemporáneo y un nivel tecnológico sin precedentes, donde además, la influencia de la antigua cultura japonesa es evidente en toda su obra. Lejos de suponer una paradoja, tradición e innovación conviven de un modo totalmente orgánico.
1.Black Waves: Lost, Immersed and Reborn (2016), [Olas negras: perdido, sumergido y renacido] es la instalación que ocupa gran parte de la exposición. Inspirada en la tradición artística japonesa, sus olas recuerdan a La gran ola de Kanagawa pintada por Hokusai en 1830.
Tras calcular la interacción de miles de partículas entre sí, un espacio 3-D generado por ordenador expresa su movimiento en una gran masa de agua que da lugar a una ola continua. El espacio resultante genera una atracción en el espectador que siente sumergirse en la fuerza del oleaje y formar parte de un todo del mismo modo en el que lo hacen dichas partículas. Incorpora más de treinta proyecciones en un área de paredes y suelos reflectantes generando un poderoso efecto inmersivo donde la recreación visual del agua, como elemento clave del medio natural y de la vida, juega un papel protagonista.
2. Flutter of Butterflies, Born from Hands, (2019), [Aleteo de mariposas, nacidas de las manos]. Una pieza interactiva donde las mariposas surgen, revolotean y desaparecen a través del contacto con el visitante.
La obra responde a la interacción del público, que al tocar las paredes hace aparecer o desaparecer cientos de mariposas sugiriendo con esta acción el frágil equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. La obra evoluciona además en tiempo real, en una transformación continua que depende del entorno y que hace que los bellos patrones generados por las mariposas no se repitan nunca. Con esta pieza, teamLab logra trascender los límites físicos y temporales del arte convencional. Gracias al uso magistral de recursos digitales no solo consigue presentar una obra en permanente evolución que desborda el espacio, sino que establece un vínculo entre las personas que la contemplan en tanto que la acción de cada espectador incide en el resultado de la pieza.
3. Enso – Cold Light, (2017) [Enso – Luz fría] es una reinterpretación de la práctica Zen de pintar un círculo de trazo de grueso, con una sola pincelada.
En su inquietud por indagar en las raíces de la cultura japonesa desde un lenguaje actual, teamLab ha trabajado desde sus inicios en torno a la caligrafía tradicional evolucionándola hacia lo que denominan caligrafía espacial. La profundidad, la velocidad y la fuerza que contiene el trazo de una pincelada sobre el papel se intensifican de un modo extraordinario al convertirlo en una forma tridimensional en movimiento. En el zen, el enso simboliza la iluminación, la fuerza, la elegancia, el universo y el vacío; y el círculo, el momento en el que la mente se libera para que el cuerpo o el espíritu puedan crear. Suspendiendo el círculo de tinta en el espacio de tal modo que la mirada puede recorrerlo desde distintos puntos de vista, el observador prácticamente siente fundirse con el trazo.
Las artistas integrantes en teamLab son el máximo exponente de un lenguaje visual radicalmente contemporáneo y un nivel tecnológico sin precedentes, donde además, la influencia de la antigua cultura japonesa es evidente en toda su obra. Lejos de suponer una paradoja, tradición e innovación conviven de un modo totalmente orgánico.
1.Black Waves: Lost, Immersed and Reborn (2016), [Olas negras: perdido, sumergido y renacido] es la instalación que ocupa gran parte de la exposición. Inspirada en la tradición artística japonesa, sus olas recuerdan a La gran ola de Kanagawa pintada por Hokusai en 1830.
Tras calcular la interacción de miles de partículas entre sí, un espacio 3-D generado por ordenador expresa su movimiento en una gran masa de agua que da lugar a una ola continua. El espacio resultante genera una atracción en el espectador que siente sumergirse en la fuerza del oleaje y formar parte de un todo del mismo modo en el que lo hacen dichas partículas. Incorpora más de treinta proyecciones en un área de paredes y suelos reflectantes generando un poderoso efecto inmersivo donde la recreación visual del agua, como elemento clave del medio natural y de la vida, juega un papel protagonista.
2. Flutter of Butterflies, Born from Hands, (2019), [Aleteo de mariposas, nacidas de las manos]. Una pieza interactiva donde las mariposas surgen, revolotean y desaparecen a través del contacto con el visitante.
La obra responde a la interacción del público, que al tocar las paredes hace aparecer o desaparecer cientos de mariposas sugiriendo con esta acción el frágil equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. La obra evoluciona además en tiempo real, en una transformación continua que depende del entorno y que hace que los bellos patrones generados por las mariposas no se repitan nunca. Con esta pieza, teamLab logra trascender los límites físicos y temporales del arte convencional. Gracias al uso magistral de recursos digitales no solo consigue presentar una obra en permanente evolución que desborda el espacio, sino que establece un vínculo entre las personas que la contemplan en tanto que la acción de cada espectador incide en el resultado de la pieza.
3. Enso – Cold Light, (2017) [Enso – Luz fría] es una reinterpretación de la práctica Zen de pintar un círculo de trazo de grueso, con una sola pincelada.
En su inquietud por indagar en las raíces de la cultura japonesa desde un lenguaje actual, teamLab ha trabajado desde sus inicios en torno a la caligrafía tradicional evolucionándola hacia lo que denominan caligrafía espacial. La profundidad, la velocidad y la fuerza que contiene el trazo de una pincelada sobre el papel se intensifican de un modo extraordinario al convertirlo en una forma tridimensional en movimiento. En el zen, el enso simboliza la iluminación, la fuerza, la elegancia, el universo y el vacío; y el círculo, el momento en el que la mente se libera para que el cuerpo o el espíritu puedan crear. Suspendiendo el círculo de tinta en el espacio de tal modo que la mirada puede recorrerlo desde distintos puntos de vista, el observador prácticamente siente fundirse con el trazo.