Estos baños se fueron transformando en un hito de espacio público cordillerano, para extranjeros y habitantes de la zona, con el tiempo y el uso el espacio se había degradado y el acceso era complicado, por ello que Pía Montero Rodríguez propusó tres intervenciones para consolidar el lugar.
El primero es la creación de un recorrido peatonal acompañado de la recuperación de un puente para cruzar el río. A este recorrido se le acompaña con la creación de un punto formal de observación, en una posición más cercana a la montaña para conformar una pausa en el recorrido. Por último, se formalizó el derrame de agua termal y acceso al lecho del río.
Descripción del proyecto por Pía Montero Rodríguez
re- descubrir
Volver a descubrir algo que ya se había descubierto o que se conocía pero que había quedado olvidado o relegado a un segundo término.
La necesidad de re-descubrir el territorio de los Andes, cobra significado bajo las lecturas e interpretaciones geo históricas, que lo han definido como un territorio constantemente minimizado producto de su condición geográfica, en contraste a su valor sociocultural. Consecuencia de esto y dentro de un proceso de significación territorial, la Cordillera de los Andes, asumida como un espacio geográfico símbolo para el país, pierde su identidad y presencia cultural para superponerse como frontera política. Excluyendo así, cualquier vestigio identitario, manifiesto cultural y forma de ocupación previa que, sin duda, singularizan y dan valor al territorio de los Andes.
En base a la lectura identitaria previa y al final de este recorrido por el territorio de los Andes, se encuentran los Baños Termales San Pedro, ubicados aproximadamente en el Km 85 de la Ruta Internacional paso Vergara paralelo al cauce del río Teno.
Los baños termales son pozas naturales de barro y agua caliente con diversos minerales y propiedades terapéuticas, que se transformaron en un hito de espacio público cordillerano, para extranjeros y habitantes de la zona, los que por muchos años formaron parte de la memoria colectiva del habitar la cordillera, en relatos de arrieros, poesías y cantares o como destino inherente del cotidiano maulino.
La obra pretende en base a 3 mínimas intervenciones, consolidar nuevamente los Baños Termales San Pedro, como lugar símbolo de ocupación territorial para la cordillera de Romeral, redescubriendo un patrimonio natural en olvido y recuperando el habitar en la alta montaña.
1. Constituir el recorrido de las personas
Se demarca la huella prexistente, mediante un recorrido desde el cauce del río hasta el acceso a las pozas del nivel superior, en base a peldaños de hormigón armado y trabajos de suelo.
2. Establecer un punto formal de observación, al interior de la alta montaña
Se proyecta a una plataforma de madera postensada, suspendida sobre los muros de la pre- existencia que conforma una pausa en la extensión del recorrido y constituye aquel plano horizontal capaz de contener diferentes actividades cotidianas.
3. Formalizar el derrame de agua termal y acceso al lecho del río
Recogiendo el agua derramada mediante un sistema basado en un receptáculo y 2 vigas de hormigón armado, que formalizan su paso del desde la posa más alta, hasta el borde fluvial. Constituyendo así el trazado del agua, eje conformador del proyecto.
La condición material de la obra, fue consecuencia del recorrer la montaña y distinguir su consistencia pétrea, siempre ligada a un cuerpo de agua. El hecho de contemplar la corriente del río y el flujo del agua termal, permitió distinguir los distintos minerales que emanan de la tierra, los que fueron tiñendo el hormigón de un naranjo intenso, generando una costra de sal que impermeabilizó el suelo y permitió el paso firme entre las pozas.