La idea de proyecto de Rob Dubois en Casa Martí – Fernàndez se basa en tres volúmenes, rectangulares intercalados, orientados cada uno de ellos hacia un patio y con un uso concreto cada uno; el primero alberga el aparcamiento; el segundo, los espacios comunes como el comedor y el estar; y el tercero, los dormitorios.
Los patios de la vivienda se proyectan como una prolongación del interior hacia el exterior hasta que se funden con la naturaleza del entorno, formalizando la prolongación de las estancias hacia el exterior con grandes voladizos que generan espacios al aire libre protegidos climatológicamente. Se marcan las juntas horizontales y se minimizan las verticales con el fin de acentuar la horizontalidad del conjunto. Además, se busca una ambientación contemplativa y mediterránea, empleando una gama de colores sobria con el travertino del pavimento exterior.
Casa Martí – Fernàndez por Rob Dubois. Fotografía por Júlia Dubois.
Descripción del proyecto por Rob Dubois
La casa Martí – Fernàndez está situada en el pueblo de Santa Maria de Palautordera, a las afueras de Barcelona, a la falda del macizo del Montseny. Es una casa que se desarrolla en tan solo una planta con previsión de un futuro lejano cuando la movilidad de los actuales y todavía jóvenes habitantes puede quedar reducida. Es una vivienda unifamiliar que se organiza alrededor de varios patios con diferentes grados de intimidad para sacar el máximo provecho del modesto solar.
La construcción busca formar parte de su entorno, crear una unión indisoluble con él y donde los patios serán una prolongación natural de los espacios interiores y donde la transición de dentro hacia fuera se produce gradualmente y sin obstáculos. Esta transición interior/exterior va acompañada con largos voladizos que crean a su lugar unos espacios exteriores protegidos contra las inclemencias del invierno o el verano para poder prolongar las estancias al exterior durante casi todo el año.
Casa Martí – Fernàndez por Rob Dubois. Fotografía por Júlia Dubois.
Conceptualmente la casa se organiza a través de la creación de tres volúmenes rectangulares intercalados, cada uno orientado a su propio patio. Cada volumen alberga una función especifica: el primero esta ocupado con funciones de servicio, el segundo alberga los aposentos comunes como el comedor y el estar; y al tercero encontramos los dormitorios de los miembros de la familia.
La materialización de la construcción está en función de acentuar la horizontalidad del conjunto, se marcan las juntas horizontales de la obra vista y se minimizan y desregularizan las juntas verticales. La gama de colores sóbria del exterior se define en función de las tonalidades del travertino del pavimento exterior para obtener una ambientación contemplativa y evidentemente mediterráneo.