En la isla de Fogo, a 1800 m de altitud, en el cráter del volcán, existe una ciudad en la que viven cerca de 1.200 personas al margen de la legalidad. Esta población, asentada en territorio propiedad del estado, vive de actividades principalmente agrícolas que garantizan su supervivencia en una de las zonas más pobres de Cabo Verde.
El estatus de área protegida de interés nacional conllevó la zonificación de la agricultura, limitando la edificación, y la introducción de normas contra la ocupación libre del suelo que generó la colisión de voluntades e intereses con frecuentes enfrentamientos.
El paisaje natural, profundamente marcado por el volcán y el cráter, es una belleza única y rara, con el potencial de alcanzar el estatus de Patrimonio de la Humanidad.
Próximamente os mostraremos en otro artículo y en detalle el estupendo proyecto que ha terminado el estudio portugués OTO Arquitectos para la Sede del Parque Natural de Ilha de Fogo, un elegante edificio de largos y oscuros muros que se inserta en el paisaje natural y nos permite dar escala a este impactante territorio.