El proyecto aprovecha las condiciones de la zona, cerrandose a los árboles cercanos en las zonas este y oeste, mientras que las fachadas norte y sur aparecen libres de obstáculos y con aperturas para captar la luz natural y favorecer la ventilación cruzada.
Descripción del proyecto por GarciaGerman Arquitectos
El Proyecto se localiza en un enclave rural cercano al pueblo de San Vitores, a pocos kilómetros de la costa Atlántica, y en los antiguos terrenos del Palacio de Torreánaz. El palacio, una antigua propiedad señorial con un pequeño asentamiento asociado, se sitúa al final de un camino cubierto por plátanos de sombra. Tanto la portada de acceso a la finca como un pabellón para caballerizas, son obras de finales del SXIX del arquitecto regionalista montañés Leonardo Rucabado. Todo el ámbito goza de protección histórica y ambiental y se caracteriza por la coexistencia de edificaciones históricas y actividades de pastoreo.
La casa se coloca adyacente al camino de plátanos de sombra y se puede entender como otro pabellón más dentro de la secuencia de acceso al palacio. Como tal, su disposición organizativa y tipológica es sencilla y proviene de una interpretación directa y una miniaturización de las características de las casonas montañesas: un volumen compacto y regular con cubierta a dos aguas, ligeramente elevado de la pendiente y de la escorrentía del terreno, orientado al sol y cuyas proporciones están pensadas para favorecer la ventilación cruzada sin ignorar la necesidad de cierta profundidad de crujía en un clima oceánico. Este volumen se acompaña de un sub-pabellón porticado destinado a cenador, desayunos o salón de verano.
Los materiales, colores y texturas equilibran técnicas industriales y tradicionales, con bandas de hormigón visto chorreado que dan paso a superficies blancas de mortero artesanal. Las cubiertas de la casa y su fachada Oeste son de zinc negro, una solución que además de ofrecer una óptima impermeabilización, recuerda a algunas casas de “indianos” de principios del SXX en las cercanías. Interrumpida solamente por el porche de acceso,la fachada Oeste es completamente opaca como protección frente a la dirección predominante de las tormentas en otoño e invierno, en las que la fuerte lluvia incide casi horizontalmente durante largos periodos continuados. Mientras tanto, las fachadas Norte y Sur tienen un patrón regular de generosos huecos con jambas y dinteles en piedra arenisca local acentuando la profundidad de los muros. Un lucernario sobre el vestíbulo a doble altura, que rodea una escalera metálica colgada, introduce una luz fría y azul en el interior de la casa.