Paulo Mendes da Rocha + MMBB Arquitetos + Bak Gordon Arquitectos nos presentan el nuevo museo para albergar las exposiciones de coches del siglo XVIII que está propuesta de modo dual, con un pabellón principal que parece flotar en el aire, y otro volumen anexo de hormigón que intenta dialogar con la arquitectura vernácula de la zona. El edificio se sitúa en una plaza, dejando libre el espacio para facilitar el acceso de los peatones a través de pasajes.
Descripción del proyecto por Paulo Mendes da Rocha
El proyecto para las nuevas instalaciones del Museu dos Coches plantea dos cuestiones básicas.
Por el lado de la Museología, un criterio básico para la exposición de un importante patrimonio; por el lado del Urbanismo, la implementación de un recinto monumental, apoyado por el proyecto del gobierno "Belém Redescoberta".
En Museología, el proyecto adopta una política centrada en la idea de conservación definitiva, para siempre, un tesoro guardado y, al mismo tiempo, visitado. Arte y técnica en constante progreso. Exposiciones y talleres, escenarios cambiantes. El sonido y las imágenes virtuales asociados con artefactos originales.
En Urbanismo, un espacio disponible y comprometido con la integridad del recinto, especialmente con el acceso de la población turística, que seguramente se incrementará con el surgimiento de esta nueva vitalidad.
Cabe señalar aquí dos cuestiones importantes: el acceso de los peatones a través de pasajes elevados, en la secuencia que va de la Calçada da Ajuda hasta los jardines situados en la ribera del Tajo (la superposición de la Av. India, la Av. Brasilia y el ferrocarril) y el conjunto de edificios protegidos (Belém Redescoberta) a lo largo de la calle R. Junqueira se configura en la parte posterior como una zona de museos, la antigua calle Cais da Alfândega Velha, con gran encanto para el lugar.
Estimula la iniciativa del pequeño comercio local y particular. Siendo éstas las raíces del proyecto. No se trata de subestimar el programa establecido con todas sus funciones y áreas determinadas, ni tampoco el presupuesto asignado a este proyecto. Éstos se dan, digamos, de forma incuestionable.
Como se ve, la construcción está propuesta de modo dual, el pabellón principal, una nave suspendida para las exposiciones, y un anexo que incluye una recepción, administración, restaurante, auditorio y el paso peatonal público al Tejo, reforzando estratégicamente las circulaciones a través de rampas. Esta peculiar disposición espacial crea un pórtico con conexión aérea entre los dos edificios de la entrada hacia una pequeña plaza interior, desde donde se llega a los edificios conservados en R (un nuevo frente). Junqueira ahora se abre al recinto de modo que sean pequeños cafés, librerías... en lo que antiguamente era la calle R. Cais Alfândega Velha, una interesante recomposición de la misma. Uno podría notar las dimensiones de estos espacios y su diálogo sobre la dinámica de los transeúntes, por dentro y por fuera, en su totalidad; el museo como un lugar público. Estrictamente protegido e impredeciblemente abierto.
Además de las escaleras de seguridad exigidas por la ley,se consiguió todo el acceso a través de ascensores especiales hidráulicos, lo que garantiza el control de la capacidad de los espacios expositivos. Se hizo un especial énfasis a la seguridad y el confort, además del apoyo a los empleados del Museo. Para los niños, está reservada un área especial en la terraza del Museo, con un jardín en el frente y junto al pabellón de acceso de los visitantes a las exposiciones. En frente a la cara opuesta de la plaza Afonso Albuquerque, en la misma esplanada pública, hay una gran cantina con carácter popular, abierta y con mesas en las veredas.
También nos gustaría que se notara la conexión aérea entre el recinto de las exposiciones y la administración. Con vistas al Tajo. Muy útil para los servicios en general, para la política de seguridad. Y la amplia visual del restaurante elevado, hacia el Atlántico, a los Jerônimos, la administración volteada hacia la desembocadura, hacia la plaza interna, a los jardines del Museo.
El edificio se define por las cimentaciones de hormigón armado, en las que se concentran todas las cargas del edificio y que soportan cerchas metálicas, creando así las grandes paredes del museo.
Para los aparcamientos, rechazamos el diseño de un parking subterráneo debido al nivel freático, el drenaje de la explanada y el gran movimiento de tierra que implicaría albergar un programa de esa magnitud y que perjudicaría además la tranquilidad del recinto. Sugerimos un aparcamiento elevado, propuesto cerca de las embarcaciones con una capacidad para 400 vehículos y que ocupaba poco terreno. Si se necesitase más espacio podría repetirse el prototipo en el modelo Belém Redescoberta.
São Paulo, may 28th, 2008
Paulo Mendes da Rocha