Miguel Fisac Serna, nacido en 1913 en Daimiel, Ciudad Real y fallece en 2006 en Madrid. Fue una figura esencial dentro de la arquitectura española en la segunda mitad del siglo XX. Se matriculó en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, y tras unos agitados estudios interrumpidos por la guerra civil, en 1942 se titula con la obtención del premio fin de carrera de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Siempre estuvo interesado por la arquitectura vernácula. Además, se inspiraba en el organicismo nórdico de la obra de Gunnar Asplund que, junto a Frank Lloyd Wright, influirá su concepto de arquitectura.
Su primer proyecto le fue encargado por el CSIC; transformó el antiguo auditorio de la madrileña “Colina de los Chopos” en la Capilla del Espíritu Santo.
Miguel Fisac en su carrera proyectó numerosas obras religiosas. Su producción eclesial destaca por la interpretación personal de la estética religiosa, el uso de la luz y el dinamismo espacial y poético en las formas, con muros curvos, convergentes y superficies tensadas.
La Parroquia de Santa Ana en Madrid (1965) se considera uno de los proyectos más importantes. Construida en hormigón visto, manifiesta una atmósfera de humilde sencillez.
Su estilo arquitectónico evolucionó en relación con los nuevos materiales de la época. Del clasicismo abstracto, al ladrillo, hasta el uso exclusivo del hormigón. Fisac investigó mucho sobre este material y patentó sus “vigas-hueso”. Piezas prefabricadas de hormigón pretensado que permitían obtener grandes luces y controlar la iluminación. En 1960 fueron utilizadas por primera vez, en la construcción del Centro de Estudios Hidrográficos de Madrid.
Más adelante, experimentó varias técnicas para dar textura al hormigón, incluyendo en su obra un carácter más emocional. Su insatisfacción con los límites del encofrado tradicional de madera, le llevó a patentar, en 1973, una solución innovadora para la época: el “encofrado flexible” que pudo llevar a la práctica en el Centro de Rehabilitación Mupag (Madrid) y en muchas otras obras posteriores.
Su actividad no se reducía solo al campo de la construcción, sino que su capacidad creadora le llevó a escribir artículos, libros, y diseñar muebles. Realizó exposiciones, también de arte, como la de Madrid, donde presentó 60 de sus obras de pintura.
Miguel Fisac construyó más de 350 proyectos, entre ellos, la emblemática “Pagoda” en Madrid, que desgraciadamente fue derribada en 1999. Por el contrario, muchas de sus obras están protegidas y catalogadas. Algunos ejemplos son la Iglesia de Pumarejo de Tera (Zamora), la Iglesia del Colegio Apostólico de los Padres Dominicos (Valladolid), y en Madrid obras como el Centro parroquial de Santa María Magdalena (1966) o el Edificio IBM (1967).
Todas estas actividades culminan con la obtención en 1994 de la Medalla de Oro de la Arquitectura, y tres años después del Premio Antonio Camuñas. En 2002 recibió el Premio Nacional de Arquitectura.Desde el 2006 el Colegio de Arquitectos de Ciudad Real gestiona la Fundación Fisac que se encarga tanto de catalogar toda la documentación, como de promover y salvaguardar la obra del arquitecto, urbanista y pintor español.