Espacialmente la referencia a los modelos vernáculos hace que las habitaciones sean sencillas, poco ornamentadas, con techos altos y mucha superficie de pared. Los avances tecnológicos se concentran en la planta baja. Cocinas en isla y abiertas a un patio particular. Las salas ocupan un cubo alto, abierto a tres caras y con un sistema de carpinterías que desaparecen en los muros para crear un gran porche abierto.
L’ALZINA por Jaime Prous Architects. Fotografía por Alejo Bagué.
L’ALZINA por Jaime Prous Architects. Fotografía por Alejo Bagué.
Descripción del proyecto por Jaime Prous Architects
Sobre un pinar tupido que cae suavemente a un paisaje de prados y lagos, se plantea este conjunto de veintitrés viviendas. El fin es esconderse bajo la sombra espesa de los pinos y pasar desapercibido mediante una arquitectura pausada, autóctona y a la vez sorprendente.
Cada vivienda se descompone en cubos de diferente proporción que se asientan a distintas cotas siguiendo el terreno natural. Las viviendas se agrupan para disminuir el impacto visual y compartir las vistas desde el punto más alto de la colina.
Todas las casas comparten las mismas características y paleta de colores: el rojo tierra, para el suelo que contrasta con el lienzo verde del lugar; y el blanco, para el resto de la arquitectura a la manera de los pueblos encalados -ventanas, paredes, techos-. Esta aparente monotonía se combate con cinco tipologías de vivienda, que se adaptan a la topografía variable creando entradas por el piso superior o inferior, de manera indistinta y con la finalidad de preservar el paisaje.
Habitar estas casas se asemeja a volver a modelos vernáculos de habitaciones sencillas, poco ornamentadas, techos altos y mucha superficie de pared. Los avances tecnológicos se concentran en la planta baja. Cocinas en isla y abiertas a un patio particular. Las salas ocupan un cubo alto, abierto a tres caras y con un sistema de carpinterías que desaparecen en los muros para crear un gran porche abierto.