Daniel Canogar presenta una muestra de 24 obras canónicas de media-art. ‘Fluctuaciones’ alude a las inevitables transformaciones que la tecnología continuará aportándonos. Las viejas oposiciones de analógico versus digital, cuerpo versus medios, se han desintegrado para conformar unidades que cooperan entre sí dentro de un único sistema. La exposición ofrece una reflexión sobre un mundo en flujo: un mundo de memorias fugaces, de cambios en los medios y de corrientes de datos en constante crecimiento.
Entre las obras presentadas destaca "Sikka Ingentium", una videoinstalación de gran formato compuesta por 2.400 películas en formato DVD que configura un gran mosaico audiovisual abstracto basado en nuestro pasado cinematográfico. La primera de las palabras "Sikka" alude a las monedas de oro que en la Babilonia bíblica se cosían a la ropa, una especie de antecedente de las lentejuelas; y la segunda "Ingentium" alude a la construcción de la pieza.
Según palabras de Canogar, se trata de un "trabajo ingente" resultado de dos años de trabajo de campo en los que "rebuscó" en mercadillos de todo el mundo, en tiendas de segunda mano y videoclubs que clausuraban para conseguir las 2.400 películas en formato DVD que componen la obra. Cintas que visionó con su equipo y con las que ha construido un archivo pormenorizado de cada una.
Instalación compuesta de 5 proyectores, 5 reproductores multimedia, sistema de amplificación, 12 altavoces, 2 subwoofers, 2.400 DVD, conexiones de red.
Dimensiones.- 270 x 1.800 cm.
Duración del vídeo proyectado en bucle.- 36´30".
Sikka Ingentium es una vídeoinstalación escultórica formada por 2.400 DVD reciclados. Esta pieza multitemática está inspirada en los “sikka”, las monedas de oro que en tiempos babilónicos se cosían sobre la ropa y que evolucionaron hasta convertirse en objetos plásticos brillantes, conocidos hoy como lentejuelas. Se portaban para recordar a los mirones la riqueza y el poder de quienes las vestían, aludiendo además a la luz de lo divino. Consistían en superficies brillantes que sugerían riqueza y poder, igual que hoy los DVD nos recuerdan el glamour de Hollywood, donde la imagen se ha convertido en moneda de cambio.
En la instalación, el contenido de los DVD se proyecta sobre su superficie, otorgando nuevos usos a materiales de desecho. De esta forma, se combinan las propiedades fantasmagóricas del cine con sus soportes físicos. La banda sonora que lo acompaña es la resultante composición creada al superponer las bandas sonoras de los segmentos reales que se están proyectando. El efecto final es el de un mosaico audiovisual que reflexiona sobre nuestra cultura, los soportes que usamos para almacenar información y la pervivencia de éstos en la sociedad actual.
Ingeniería artística.- Diego Mellado
Composición de sonido.- Alexander MacSween