El proyecto emplea de manera razonable los materiales y los componentes con el objetivo de limitar los recursos, los tipos de intervención y los costes. El volumen se divide mediante una composición en serie de paredes correderas acristaladas, permite reconfiguraciones fluidas, al mismo tiempo que diluye las percepciones de tamaño.
BRUJ «cabinet de curiosités» por Studio Jean Verville architectes. Fotografía por Maxime Brouillet.
Descripción del proyecto por Studio Jean Verville architectes
Dividiendo ahora su tiempo entre la práctica y la enseñanza en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Laval de Quebec, el arquitecto Jean Verville, atraído por la arquitectura brutalista que puntúa la capital nacional con edificios significativos, estableció su laboratorio creativo en una torre residencial, diseñada en los años 70 por el arquitecto Marcel Bilodeau, y que se erige como una escultura monumental frente al parque de las Llanuras de Abraham.
La rehabilitación de una unidad compacta de 79 m² se despliega en un experimento arquitectónico que orquesta un espacio de dimensión gráfica. Como un puesto de observación que ofrece impresionantes vistas de las montañas Laurentian, el paisaje urbano y el río San Lorenzo, el interior cobra vida con una inmutable relación cuerpo a cuerpo entre transparencia y reflexión, al tiempo que transforma las realidades mediante el distanciamiento y la multiplicación.
En primer lugar, un curetaje completo prescrito por una actualización necesaria. Así, liberada de todos los sistemas constructivos y equipamientos obsoletos, la unidad revela un monolito de hormigón bruto, perforado con aberturas hacia el norte y el sur. Aprovechando la tipología de la travesía, la materialidad mineral, la luminosidad natural y los sistemas electromecánicos esenciales para el funcionamiento del espacio habitable, un dispositivo arquitectónico, formado por una composición en serie de paredes correderas acristaladas, permite reconfiguraciones fluidas, al tiempo que frustra las percepciones de tamaño. La colocación estratégica del equipamiento doméstico mantiene una permeabilidad física y visual constante para neutralizar la compacidad de la unidad.
BRUJ «cabinet de curiosités» por Studio Jean Verville architectes. Fotografía por Maxime Brouillet.
El sistema de organización espacial modular divide la entidad volumétrica mediante la estructuración de límites móviles asociados a la intercambiabilidad del equipamiento con el fin de satisfacer los requisitos de adaptabilidad organizativa y funcional, manteniendo al mismo tiempo la porosidad visual. Por adición o sustracción, este sistema flexible fragmenta la planta en 6 alternativas de distribución con funciones indeterminadas, ofreciendo hasta 7 subespacios distintos, mientras que las persianas flexibles con acabado metálico permiten la opción de bordes calados, así como la privacidad total.
El proyecto se basa en un uso razonado de materiales y componentes con el objetivo de limitar los recursos, los tipos de intervención y los costes. Para reducir la huella de carbono relacionada con el consumo de energía para calefacción y aire acondicionado, la propuesta aprovecha la inercia térmica de la envolvente de hormigón, absorbiendo tanto el calor de la radiación solar invernal como el frescor nocturno estival, para luego redistribuirlos suavemente. La transversalidad de la unidad y el sistema modular de paredes correderas permiten multitud de combinaciones, al tiempo que favorecen la ventilación natural optimizando el confort en verano.
Al interactuar con superficies reflectantes, transparentes y metálicas, las múltiples reverberaciones de la luz crean una iluminación cinética que anima todo el espacio con juegos de luces y sombras. Elementos industriales, como lámparas de muelles de descarga o mobiliario de restaurantes comerciales, se unen en un conjunto ecléctico que evoca el laboratorio del alquimista, transformando la realidad en ficción. Frascos de vidrio de todo tipo, maquetas y exploraciones varias, objetos utilitarios y plantas se codean en las estanterías, revisitando el espíritu del gabinete de curiosidades en una presentación lúdica de la vida cotidiana.