Los arquitectos Héctor Fernández y Carlos García proyectan esta Escuela de Vela en Sotogrande y cuyas fotografías vienen de la mano de la fotógrafa Montse Zamorano.
El proyecto cuenta con un emplazamiento privilegiado a medio camino entre la playa y el club naútico, quedando referenciado a su vez al espigón de piedra próximo a la zona de proyecto. La ligereza del proyecto, con finos perfiles de metal, hace más prominente su carácter náutico vinculado al agua y a su propio paisaje.
Constructivamente resulta también muy interesante, resulto con tornillería y sin soldaduras, en un proceso seriado y sencillo que eleva ligeramente la escuela sobre la arena, marcando aún más su ligeraza y delicado posicionamiento en su entorno inmediato.
Este entorno próximo pasa a formar parte activa del proyecto y queda enmarcado desde el interior del mismo con una sencilla y elegante pérgola delantera que hace las veces de espacio de transición. Aporta no sólo una preciada sombra, sino además una gran unidad al conjunto del proyecto.
Descripción de proyecto Héctor Fernández y Carlos García
La Escuela de Vela del Real Club Marítimo de Sotogrande se sitúa en una posición privilegiada: entre la playa de los catamaranes y el puerto deportivo.
El proyecto se vincula al espigón de piedra que recorre longitudinalmente el paseo al norte de la playa y pretende levitar sobre el suelo, apoyándose en la arena, ligero, como si de un catamarán se tratase. Las reducidas dimensiones de la escuela y de sus dependencias de servicio hacen necesario interponer entre la construcción y la playa un elemento de mayor tamaño que permita que ésta sea vista desde lejos, convirtiéndola en un hito construido junto a la bocana del puerto. La pérgola, que se coloca delante del edificio, unifica asimismo todas las partes del proyecto y crea un umbral en sombra que protege los espacios previos a la construcción de la exposición directa del sol en su frente sur.
El edificio, que presenta así propiedades diversas en su frente y espalda, está compuesto de dos partes diferenciadas: por un lado, el volumen construido alberga la oficina de la escuela de vela, el aula de socios, el pañol de vela y los vestuarios; por otro, la pérgola situada al sur crea una habitación al aire libre que permite disfrutar del paisaje desde la sombra.
Con un marcado carácter náutico por su ligereza y aspecto, el edificio se sitúa sobre la arena ligeramente elevado en una posición dominante sobre el paisaje. El aula de socios es un espacio pasante que vincula visualmente el puerto y la playa, y a través de la cual corre la brisa marina ofreciendo a los usuarios un espacio de sobra y frescor en prolongación con el umbráculo exterior.
Los accesos al edificio se producen de forma diferenciada. El pañol de vela, los vestuarios y las oficinas disponen de entradas por los laterales y la parte posterior del edificio, mientras al club social se accede por el frente, desde el umbráculo y en continuidad con la plataforma exterior.
El edificio se construye mediante una estructura de acero galvanizado atornillada y sin soldaduras en obra, que de manera ordenada crea una serie de ritmos en las fachadas potenciando su carácter náutico y ligero. La sala de socios se abre a norte y a sur mediante paños de vidrio, practicables hacia la playa, que permiten la continuidad espacial así como la ventilación cruzada. El resto de cerramientos, tanto en paredes suelos y techos, se realiza mediante paneles de cemento y viruta de madera que aseguran la durabilidad y el comportamiento del edificio ante las inclemencias meteorológicas y la crudeza del mar. Asimismo, la pérgola situada al sur se construye con una estructura metálica, igualmente galvanizada, y un sistema de tensores que soporta una cobertura de cañizo en consonancia con el lugar.
Bajo dicha pérgola, o desde el interior de la sala social, el mar y el Peñón de Gibraltar se convierten, enmarcados, en protagonistas.
- Por otro lado os presentamos este pequeño vídeo realizado por los arquitectos. Cuidadosamente realizado, con él nos presentan las sensaciones y experiencias relacionadas con el proyecto y su entorno. ¡Con este frío invernal parece apetecer más que nunca que llegue el verano!