La luz natural penetra a través del anillo de la cubierta, transformando el espacio interior de la nave circular, que se dispone medio nivel por debajo de la cota de la parcela. De este modo el paisaje entra directamente en la iglesia por una pequeña abertura alineada, al mismo tiempo que protege la intimidad del espacio interno. El volumen circular de hormigón que cierra el espacio se eleva mediante seis pilares que parten de la cimentación.

Iglesia de la Sagrada Familia por ARQBR Arquitetura e Urbanismo. Fotografía por Joana França.

Iglesia de la Sagrada Familia por ARQBR Arquitetura e Urbanismo. Fotografía por Joana França.
Descripción del proyecto por ARQBR Arquitetura e Urbanismo
«Encontré el Planalto, ese horizonte sin límite, excesivamente vasto. Estaba fuera de escala, como un océano con inmensas nubes moviéndose sobre él. Poniendo una ciudad en medio, estaríamos creando un paisaje.»
COSTA apud SHOUMATOFF. Profiles [Brasília]. The New Yorker. New York, nov. 1980, p. 94.
Las palabras de Lucio Costa sobre sus percepciones y sensaciones iniciales tras el encuentro con el sitio elegido para la construcción de la Nueva Capital de Brasil, Brasilia, evoca uno de los signos constitutivos de su concepción urbanística, así como de la representación de sus paisajes: la presencia de la horizonte. Más allá del sentido de organización y orientación, el horizonte expresa la visión de conjunto y, primordialmente, la conexión entre el observador y el entorno, condición necesaria para la manifestación del paisaje.
Desde el gesto proyectual hasta su impronta en el territorio, las cuatro escalas -monumental, social, residencial y bucólica- señalan la sensibilidad contemplativa otorgada al paisaje, la consideración a los ambientes urbanos, así como las distinguidas maneras de tratarlos . Pero es precisamente la escala bucólica la que va a definir el carácter de ciudad-parque de Brasilia, al evidenciar la proximidad con la naturaleza salvaje y un continuum estético entre espacios habitables, espacios libres, grandes extensiones de vegetación del cerrado, parques, cinturones verdes que se extienden a lo largo de las carreteras y el horizonte siempre libre.
Iglesia de la Sagrada Familia por ARQBR Arquitetura e Urbanismo. Fotografía por Joana França.
En el proceso de expansión urbana, que se inició incluso antes de su inauguración según el modelo de ciudades satélite, el sentido de continuidad y visibilidad del colectivo urbano lo darán las calles del parque, inspiradas en las avenidas de Olmsted y Vaux, y concebidas como instrumentos de la planificación regional. En los márgenes de la EPIA - Estrada Parque Indústria e Abastecimento (Parque Vial de Industria y Abastecimiento), uno de los principales componentes del sistema vial radiocéntrico implementado para apoyar el Proyecto Piloto (Plano Piloto) de Lucio Costa, es donde se encuentra la parcela destinada a la Se encuentra la Iglesia de la Sagrada Familia.
Caracterizada por una exuberante avenida de eucaliptos que daba forma a la entrada de la ciudad, EPIA, que pasó a ser controlada por el gobierno federal en 2004, se transformó recientemente en una vía rápida, ampliando sus carriles y segregando su tráfico del tráfico local. La tala casi total de árboles para acomodar las vías marginales hizo que su entorno perdiera su característico carácter bucólico, que se vio reforzado por la partición del terreno, el crecimiento extensivo de viviendas caras y grandes emprendimientos comerciales, creando rupturas en la configuración urbana y conformando un paisaje genérico en constante cambio. Así, la función urbana de la vía, la atención a las calidades escénicas y la experiencia sensible del recorrido dan lugar a la rapidez, a la eficiencia ya la fluidez bajo una lógica vial.
Iglesia de la Sagrada Familia por ARQBR Arquitetura e Urbanismo. Fotografía por Joana França.
Iglesia de la Sagrada Familia por ARQBR Arquitetura e Urbanismo. Fotografía por Joana França.
El concepto arquitectónico adoptado se despliega a partir de la relación entre espiritualidad, naturaleza y comunidad. La espiritualidad se comunica en la religión católica a través de sus ritos, celebraciones y símbolos sagrados. El sentido sagrado se levanta y se renueva a través del contacto sensible de la naturaleza, que evoca la presencia divina y la integración con el cosmos. La arquitectura, a su vez, ha sido el espacio privilegiado de manifestación de lo sagrado por parte de quien la ocupa, donde la luz penetra delicadamente o donde el silencio de la piedra se manifiesta en el murmullo de las oraciones. La nave circular trae como concepto este gesto de bienvenida, pues acerca el altar a la congregación.
La luz natural penetra a través del anillo circular de la cubierta, transformando el espacio interior de la nave, que se dispone medio nivel por debajo de la altura natural de la parcela. Esto permite el desborde del paisaje a través de una pequeña abertura alineada a la planta baja, al mismo tiempo que preserva la intimidad del espacio interno. Tal característica solo es posible debido a la elevación del volumen circular de hormigón, suspendido por seis pilares que pertenecen a la cimentación estructural implantada en la topografía. Al revelar la presencia del horizonte, la arquitectura se convierte en un elemento constitutivo del paisaje, una apertura a la dimensión poética del mundo, conectando la realidad material a la mirada de su espectador.
Iglesia de la Sagrada Familia por ARQBR Arquitetura e Urbanismo. Fotografía por Joana França.
El esquema generador del diseño está determinado por dos ejes principales. El eje noroeste-sureste conecta la nave circular, el anexo y el edificio existente al fondo, donde se ubican las actividades parroquiales. A lo largo de su extensión, se encuentra una plaza lineal, un espacio de cara a la ciudad, que sirve de apoyo al errático recorrido de quien está inmerso en el acto ritual o incluso del viajero en el camino, en la búsqueda de la suspensión de la vida cotidiana o para un refugio de los tormentos del ser. Perpendicularmente, el eje noreste-suroeste conserva la vista contemplativa: el cruce de la línea del horizonte con el volumen vertical del campanario señala y guía al visitante oa los que cruzan la carretera a toda velocidad a lo lejos.
Es posible afirmar que el concepto arquitectónico sintetiza las tres premisas fundamentales de Brasilia: la implantación del conjunto arquitectónico, delicadamente aplicado sobre la topografía, y su apertura al horizonte; la inseparabilidad entre lo urbano y su arquitectura, entre espacio público y privado y, en consecuencia, entre lo comunitario y lo sagrado; y en tercer lugar, la consideración del paisaje como elemento estructurante y fundamental de la configuración arquitectónica, reconocido por la inclusión de Brasilia en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.