Mome Estudio tiene como objetivo promover en el proyecto el uso de áreas comunes, con espacios que son lugares activos de interrelación entre los usuarios. La planta baja recoge los principales espacios de interacción social, además de zonas individuales fuera del área habitacional, desdibujando el límite entre lo colectivo y lo individual.
Las 27 unidades habitacionales se estructuran en cuatro tipologías que se adaptan a las condiciones del edificio. Cada tipología sigue una estandarización funcional al mismo tiempo que introduce variaciones en los espacios privados respondiendo a las necesidades de distintos habitantes temporales.
Los diferentes espacios del proyecto se diferencian a través de un juego de contrastes matéricos. Cada estancia presenta una atmósfera especifica gracias al contraste de materiales, luces y acabados, generando una experiencia sensorial a los usuarios además de servir de orientación dentro del edificio. Se emplea el uso estratégico del color en las habitaciones para fomentar distintos usos en una mismo espacio.
Zen por Mome Estudio. Fotografía por Imagen Subliminal.
Descripción del proyecto por Mome Estudio
El proyecto ZEN es un coliving que continúa la investigación formal y conceptual sobre las nuevas maneras de cohabitar, una línea de exploración desarrollada en proyectos previos para el grupo GoLiving. Está situada en un antiguo edificio residencial donde coexisten áreas privadas y compartidas para dar cabida a 27 unidades habitacionales de diversas tipologías. Su ubicación en un entorno verde, rodeado de un amplio jardín en las afueras de Madrid, amplifica el concepto de vida comunitaria que define este modelo de habitar, extendiéndolo también a los espacios exteriores.
El objetivo del proyecto es permitir la vida en espacios privados, pero promover a su vez el uso de áreas comunes. Estos espacios de interacción social ocupan un lugar central en la experiencia de los habitantes. En la planta baja se encuentran los principales espacios comunitarios: comedor, cocina, salón, sala de estudio y sala polivalente se suceden para albergar tanto espacios de favorezcan la vida en comunidad como otros que admitan el recogimiento personal aun estando fuera del área habitacional, difuminando así la el límite entre lo colectivo y lo individual. Estos usos se extienden al exterior del edificio, al cual se traslada el mismo concepto de cohabitar colectivo e individual. Zonas comunes como la piscina, áreas de calistenia y espacios de reunión coexisten con rincones más recogidos y privados, integrados en áreas arboladas, que fomentan el uso personal e introspectivo.
Las 27 unidades se estructuran en cuatro tipologías diferenciadas, adaptadas a las condiciones preexistentes del edificio y su orientación. A pesar de sus diferencias formales, todas comparten una misma lógica programática, diseñada para atender a un espectro amplio de usuarios temporales. El proyecto plantea una estandarización funcional que permite acoger a habitantes de perfiles diversos, al tiempo que introduce variaciones en la relación de cada unidad con sus espacios exteriores privados, proporcionando una singularidad dentro de cada tipología.
Uno de los aspectos clave del proyecto es el tratamiento matérico. Los espacios se organizan y diferencian a través de un juego de contrastes en los materiales, la iluminación y el acabado de las superficies, generando una serie de atmósferas espaciales específicas. Esta variación matérico-espacial no solo enriquece la experiencia sensorial de los usuarios, sino que también actúa como una herramienta de orientación dentro del edificio. Las circulaciones verticales y horizontales se alternan con espacios de descanso y reunión, cada uno dotado de una identidad propia que, sin embargo, se inscribe dentro de una coherencia formal y conceptual. En las habitaciones, el uso estratégico del color permite optimizar el espacio, creando microambientes diferenciados que favorecen distintos usos dentro de una misma estancia.
El proyecto ZEN se erige como una respuesta arquitectónica a las demandas contemporáneas de flexibilidad habitacional y vida comunitaria, conjugando la funcionalidad del espacio con una reflexión profunda sobre las nuevas formas de habitar. Cada decisión
proyectual responde a una idea global que busca integrar lo individual y lo colectivo, lo privado y lo compartido, en un conjunto armónico y adaptado a las necesidades actuales.
