Los tres elementos que conforman el proyecto son el donut inflable, infraestructura que actúa como un salón con un patio de palmeras en su interior. Un campamento de burbujas que trabajan como vestuarios y espacios para socializar, se organizan en estructuras de dos burbujas, cada una creando dos espacios diferentes. Por último, un palacio que consta de tres vestuarios para los cabezas de cartel.
Descripción del proyecto por Langarita Navarro
Olimpo Nômade es una ciudad portátil para artistas en festivales de música. Sirve como centro neurálgico para que los músicos se preparen y se relajen, proporcionando un espacio ligero, plegable, transportable y galáctico para experiencias memorables y encuentros legendarios.
Durante su primera implantación, se desplegó en la playa de arena de Portimao en el Algarve portugués. Las necesidades del festival se cubrieron mediante una serie de dispositivos, creando plazas y áreas recreativas al aire libre protegidas por varios tipos de palmeras y redes de pesca.
Olimpo Nômade por Langarita Navarro. Fotografía por Luis Díaz Díaz.
El complejo palaciego consta de un donut estirado, burbujas y un palacio reflectante que puede desaparecer en el entorno, creando un oasis de arena y palmeras. El donut es un salón inflable continuo, sin bordes, blanco y de 500 metros cuadrados, con un patio tranquilo con palmeras.
El campamento de burbujas sirve como vestuarios, cada uno formado por dos burbujas de diferentes tamaños para vestirse y socializar. El palacio consta de tres vestuarios para los cabezas de cartel, con un cubo de espejos sobre una estructura de andamios con una vista azul y con un peto de reflectante que parece flotar sobre los alrededores.
El objetivo del proyecto es proporcionar una infraestructura práctica, duradera y plegable que pueda almacenarse y transportarse en el menor número posible de contenedores, manteniendo su relevancia estética durante el mayor tiempo posible sin sacrificar su monumentalidad mítica. Es un Olimpo portátil para dioses contemporáneos.