Se trata de una colaboración inesperada: Ella es una diseñadora de moda, cuyas creaciones han sido usadas por Madonna, Michael Jackson y Prince, mientras que él es un químico de renombre mundial en polímeros. Sin embargo juntos, Helen Storey y Tony Ryan, están fusionando diseño e ingenio para crear ropa que purifica el aire que respiramos.
Catalytic Clothing busca explorar cómo la ropa y los textiles pueden ser utilizados como una superficie catalítica para purificar el aire, empleando la tecnología existente de una manera nueva. Es una idea original de Helen Storey artista / diseñadora y del químico Tony Ryan, personas de mundos muy diferentes cuyas mentes se han unido para colaborar con gran éxito en el arte y la ciencia en los últimos años.
El equipo de Catalytic Clothing ha desarrollado una manera de aprovechar el poder de las sustancias fotocatalizadoras, sensibles a la luz que, literalmente, limpian el aire al caminar. Mediante la adición de estas sustancias a un suavizante de telas, la ropa se convierte en un agente para mejorar la Tierra. Tus vaqueros tendrán la capacidad de purificar el aire.
Pensé que si ponía un catalizador en ellas (en las fibras de la ropa) podía hacer una gran limpieza ambiental.
Tony Ryan
Ryan estima que un par de pantalones vaqueros, con un peso de unos 500 gramos, podría absorber alrededor de dos gramos de contaminación.
El cambio de rumbo de Storey, lejos de la moda comercial hasta su puesto actual dirigiendo su propia fundación y siendo actualmente profesora de moda y ciencia en el The London College of Fashion, comenzó en 1997 con una exposición llamada Línea Primitiva / Primitive Streak.
Trabajó con su hermana Kate (bióloga de la evolución) creando 27 vestidos que representaban las primeras 1.000 horas de la vida humana. Siguieron otros proyectos combinando ciencia y arte antes de conocer a Ryan, en el año 2005, colaborando en el proyecto Wonderland donde exploró las ideas sostenibles para el envasado y el medio ambiente en la moda, que a su vez inspiraron su última aventura.
Una película de cuatro minutos con la modelo británica Erin O'Connor y la música de Radiohead se lanzó el año pasado para promover el proyecto y la participación del público en el proceso.