El espacio central, vacío en contenido y lleno en significado, da paso a una escalera que nace del fondo de la tierra para iniciar su recorrido hacia el cielo. Esta escalera quiere ser una piscina en la planta baja. Piscina que más allá de proporcionar un baño en el cálido y húmedo clima de la costa de Kenia, nos recuerda la vocación de unión entre tierra y cielo, entre continente y océano. Subiendo las escaleras – de 9,90 metros de ancho, de acuerdo con las dimensiones naturales de la llegada del océano al acantilado de coral – accedemos a la planta primera. Ahora la casa patio es una plataforma que mira al infinito. Varias habitaciones, equipadas con cocina y baño, ponen la vista en el horizonte y son resguardas por un voladizo que proporciona sombra frente al Sol africano.
La vivienda encuentra en su materialización la manera de erigirse como un altar del hombre dentro de la Naturaleza. Con los medios locales se resuelve la estructura y el cerramiento, con piedra de una cantera cercana, madera de caoba y estuco.
En su sección podemos apreciar la naturalidad con que se consigue una ventilación que inunda los espacios interiores. Nunca se sabe muy bien si se está dentro o fuera, si la casa es patio o el patio es la casa. Con su rotunda geometría parece esperar paciente a que un día el manglar crezca lo suficiente como para colonizar el espacio interior, alcanzando así una mímesis completa con el entorno en que encuentra sus orígenes. La Casa Dalton nace de la tierra, pero también es la tierra.
Descripción del proyecto por Alberto Morell
Dentro de las tres hectáreas de terreno, la casa es ubicada en el área entre la entrada del mar a través del acantilado de coral, y la parte trasera del manglar. Por tanto, la casa se abre al océano Índico en la primera planta mientras que coincide con el manglar en su planta baja. Esta posición entre la entrada del mar y el manglar asegura la necesaria ventilación natural en la costa keniata climáticamente húmeda y cálida.
La idea de proyecto surge del seguimiento de la topografía original en el nivel inferior, donde la entrada de la vivienda se enfrenta al manglar, hasta la plataforma situada en el nivel superior, enfrentada ésta al acantilado. El tránsito entre ambas plantas se resuelve con una escalera de 9,90 metros de ancho, un espacio natural previo a la construcción de la vivienda.
La llegada del mar al acantilado determina el ancho tanto de las escaleras como del patio de la vivienda. Un patio que cuenta con una pequeña piscina de agua dulce y conecta los niveles inferior y superior. No existe ninguna otra comunicación entre ambas plantas a parte de esta escalera. Por tanto podemos decir que se solapan dos ideas de vivienda en una sola; la casa patio en planta baja y la casa plataforma por encima de ésta.
Las zonas comunes se encuentran en la planta baja; el estar y el comedor, la cocina y las habitaciones de invitados. En el nivel superior podemos encontrar tres apartamentos con una pequeña cocina y un baño.
La casa se construye con los materiales locales más baratos. Por tanto, la estructura – columnas y forjados – está construida en hormigón. El espacio intermedio se rellena con pequeñas piedras de coral adquiridas en una cantera cercana. Los acabados de suelos, muros, escaleras, etc. se realizan en un estuco conocido como Lamu finish por la población nativa, un acabado muy limpio, suave y resistente.
Toda la carpintería, las puertas y las ventanas, están hechas con madera de caoba de dos pulgadas de ancho. Sobre esta madera se esculpe un patrón siguiendo la geometría de los mosaicos del Palacio de la Alhambra de Granada en España. Este patrón ha tenido una importante influencia en algunos edificios musulmanes de esta área Swahili de Kenia.
El espacio interior está configurado con pantallas o diafragmas para establecer un espacio continuo y compartimentado. Este tipo de espacio es típico de la antigua arquitectura Swahili de la costa keniata, así como de la arquitectura musulmana de cualquier parte del mundo.