Descripción del proyecto por Jean Verville
Ubicado en la intimidad de un bosque de cicuta, FAHOUSE presenta un impresionante edificio que parece surgir de un cuento para niños. Llevando al extremo los contrastes entre la opacidad y la luz, el arquitecto Jean Verville desarrolla un conjunto gráfico, que se levanta como dos coníferas gigantes, intensificando el aspecto onírico de esta propuesta arquitectónica. Derivado de la figura arquetípica de la casa, el prisma triangular doble ilustra perfectamente la infancia caracterizando el desarrollo de todo el proyecto.
Concebida para una pareja de profesionales jóvenes y dos niños, la casa se replantea la configuración de hogar para explorar un imaginario estrechamente vinculado al sitio, sus ocupantes y su forma concreta de experimentar la vida familiar.
La estrecha complicidad con estos clientes durante el proceso de diseño, y la alegría que caracteriza la relación paterno-filial de esta familia, permiten al arquitecto diseñar una nueva manera de vivir su realidad. A lo largo de la construcción, la colaboración entre el arquitecto, la familia y el empresario promueve un entusiasmo compartido que resulta en una construcción de calidad y una decoración impecable.
El perfil de las dos casas emerge. El arquitecto hace hincapié en la forma alargada de la tierra por un paseo a lo largo del muro ciego del primer volumen. Una amplia escalera exterior que revela la pendiente natural conduce a la planta baja y da la bienvenida a los recién llegados bajo un voladizo imponente que define la terraza cubierta. La gran puerta opaca se abre en un vibrante vestíbulo que se extiende hasta el bosque misterioso. El salón cuenta con paredes de cristal, que parecen desmaterializarse y eliminar el límite entre la arquitectura y el paisaje, permitiendo que la naturaleza se penetere de modo fabuloso hacia el interior. Ya la casa viene a la vida y la magia del lugar funciona.
El despliegue arquitectónico de la escalera articula la planta baja, governando al mimso tiempo el paseo que da acceso a las áreas de asentamiento de las dos casas. La primera, la de los niños, ubicada en el bosque encantado, muestra una gran cama litera que invita a los amigos a compartir fantásticas noches. Unos pocos peldaños conducen a la segunda, la casa de los padres, que se parece a un panal de abejas compuesto por una sucesión de células en cada una de las cuales se ofrece un ritual distintivo. En un sorprendente efecto de espejo, el dormitorio se dobla en un baño que ofrece dos volúmenes simples y relajantes suspendido entre la tierra y el cielo. Por el contrario, la rmaterialización impresionante cuarto de baño familiar promete una experiencia diferente para las actividades diarias. La planta superior evoca la guarida de la ballena para alumbrarla imaginación y permitir un colorido mundo de aventuras increíbles.