Este auditorio de los arquitectos Carlos Gómez Alfonso y Eva Álvarez Isidro se caracteriza por la combinación de la luz y el color. El edificio vincula la luz natural con la escala de grises frente al color que se relaciona con la iluminación eléctrica. Los planos de luz y pavés permiten los distintos grados de luz y color tratando los distintos grados de iluminación decorativa en el acceso y salida de la sala principal. Este concepto, posteriormente se extendió al resto del edificio. Por ello, en fachada la luz funciona como señal para los vecinos y localización del edificio público.
Descripción del proyecto por Carlos Gómez Alfonso y Eva Álvarez Isidro
El edificio del Auditorio se abre hacia el espacio público y hacia el uso público y generalizado por parte del mayor conjunto posible de personas. Es decir, es un edificio adecuado tanto para escuchar música en las mejores condiciones acústicas, teatro, cine o conferencias… como un espacio hábil para todo tipo de eventos, quizá técnicamente menos exigentes pero más emotivos, como son las actuaciones de diversos colectivos, actuaciones escolares, actos en fiestas locales, etc. y que permiten el encuentro fortuito de personas de diversa procedencia, evitando en todo lo posible, el monocultivo social. Desde este punto de vista, es importante disponer un sistema de acceso al edificio que sea versátil, volcando a éste todo aquello que abunde en el carácter interactivo del mismo, es decir la cafetería, el patio y un acceso alternativo a la sala principal. El patio, al mismo tiempo, permitirá en el futuro que las aulas de música vuelquen a éste -en vez de a la avenida- lo que mejorará el aislamiento acústico a ruido exterior de las mismas.
El proyecto plantea la adaptación del volumen del edifico a la escala de las calles, dejando la pieza que en el futuro podría ser la más alta (la escuela de música) hacia la avenida. Además, es medianera con un edificio de uso médico de sólo planta baja, por lo que ajustamos y marcamos la altura de la planta baja del auditorio a la referencia de dicho edificio preexistente; lo que hace que en la actualidad parezca un pabellón de acceso incorporando el edificio contiguo. También intentamos controlar la altura del peine del pequeño teatro, ajustando técnicamente el equipamiento escénico y dejando la caja de la sala principal hacia el interior de la parcela, rodeada de cuerpos más bajos que suavizaran la transición de ese volumen hacia las calles que se abren hacia la parte más antigua del pueblo.
A pesar del estricto presupuesto del que disponíamos, el edificio está bien equipado y pretende ser eficiente en todo su funcionamiento. Procuramos emplear todos los medios pasivos que podían mejorar la acústica como son el diseño y control de la sección y del volumen de la sala; el diseño de cerramientos independientes y el empleo de un cerramiento exterior pesado –placas de hormigón prefabricado de tipo industrial- así como la disposición de los materiales absorbentes allí donde el estudio acústico definió. Por otra parte, el aire frío cae sin velocidad –por tanto sin ruido- desde el techo y el calor se produce por suelo radiante de agua, lo cual evitará desagradables corrientes de aire y un óptimo nivel de confort con poco gasto energético.
Se verifica la accesibilidad para discapacitados en todo el edificio con previsión de zona para espectadores en silla de ruedas, acceso a escenario desde dicha zona por el paso-balcón lateral junto al patio, con ancho suficiente para pasar y girar en silla de ruedas o el acceso a escenario como actor o músico, desde el camerino en planta baja para discapacitados. Hay además un acceso a escenario directo y a nivel desde la calle que facilitará el acceso de bandas de música o de grandes instrumentos.
Mientras que el edificio con luz natural muestra una paleta casi de escala de grises, el color se vincula a la iluminación eléctrica. En la sala, apoyándose en el espacio lateral surgido a raíz de la circulación de acceso desde el público a escena de discapacitados, aparece una estructura auxiliar que dispone un pequeño palco y aloja el conducto principal de la sala de aire frío y ventilación. Esta estructura funciona como espacio umbral entre el patio y la sala permitiendo la transición entre interior y exterior y, asimismo, soporta el plano de luz y pavés que permite distintos grados de iluminación decorativa y la iluminación necesaria en los momentos de acceso y salida a la sala. Además dicho plano brillante en combinación con el acabado en negro del resto de la sala, deja en segundo plano la estructura y todas las instalaciones vistas, presentes en la sala. Ese motivo de pavés y luz, se extendió después por el resto del edificio apareciendo como indicación en el acceso y en la escalera principal.
En fachada, la iluminación producida por diodos led rojos en el frente del patio, dan una luz rasante a toda la pared de placas de hormigón prefabricado. Junto con la iluminación igualmente en diodos led, en azul intenso, del depósito de la población producen una señal que sirve a los vecinos como elemento de pertenencia a la localidad, así como señal de la posición del edificio público. A esto se suma el rótulo del propio auditorio en neón azul sobre un gran vidrio en el acceso.