Los arquitectos participantes:
- AMID · cero9. Cristina Díaz Moreno y Efrén García Grinda
- Andrés Jaque Arquitectos.
- Blanca Lleó
- Enric Miralles y Benedetta Tagliabue · EMBT.
- Mansilla + Tuñón Arquitectos
- Nieto Sobejano Arquitectos
- NOMAD Arquitectos, Eduardo Arroyo
- Picado de Blas Arquitectos
La maqueta es un ensayo a pequeña escala de una realidad por construir. Esta realidad, no mediatizada aún por las normativas e instalaciones que sí requerirá el edificio real, dota a la maqueta de una libertad que la convierte en el perfecto campo de estudio, experimentación, juego y ensoñación. Con ella se materializa la proyección primera, La Idea, y se establece a través de ella una relación física, intelectual y emocional con el proyecto. Las nuevas tecnologías y gráficos tridimensionales, aunque utilísimos, no han hecho sino confirmarla como un poderoso instrumento plástico donde se recoge la esencia del proyecto.
Las maquetas han acompañado a los arquitectos desde la Antigüedad, a modo de souvenirs de ciertos monumentos o grandes edificaciones a escala doméstica. Es este aspecto de lo tangible lo que ha contribuido a la perduración de la maqueta como un lenguaje necesario, tanto en el proceso creativo del arquitecto, como en relación de éste con su equipo y su cliente.
El término maqueta (en inglés scale model, derivado del italiano modello), ya sea referido a un dibujo o a una estructura tridimensional, se define como herramienta expresiva de valores espaciales. De hecho, en español y francés la etimología de maqueta o maquette contiene en sí una acepción puramente escultórica.
La relación entre escultura y arquitectura es permeable y contagiosa. Esculturas evocadoras de espacios arquitectónicos y arquitectos que modelan sus edificios. Materiales como el acero, el vidrio o el hormigón que a finales del XIX y principios del XX revolucionaban la arquitectura, continúan enriqueciéndose con nuevas formas y ven llegar nuevos materiales, liberando muros de carga, cruzando nuevas fronteras.
Las maquetas contemporáneas, verdaderas esculturas habitables, traducen estas novedades jugando a pequeña escala con materiales análogos. Son experimentos manuales que, sin obviar la funcionalidad, han adquirido el valor de la emoción o la capacidad de emocionar. Alcanzan así la categoría de objeto artístico, valorable de forma independiente al proyecto que representan.