Su obra ha sido profusamente expuesta en los últimos años recorriendo lugares que van desde el Crown Hall de Mies en el IIT en Chicago, al Urban Center en Nueva York, la MA Gallery de Tokyo o el MAXXI de Roma y, más recientemente, en el Oris House of Architecture de Zagreb.
Con motivo del premio realizamos una selección de obras publicadas en METALOCUS, entre las que destacan la
Casa Gaspar (Cádiz, 1992), la
Sede Central de la Caja de Granada (2001), la
Casa Olnick Spanu (Nueva York, 2008), la
Guardería para Benetton (Treviso, 2008), el
Museo de la Memoria de Andalucía (Granada, 2009), la plaza Entre Catedrales (Cádiz, 2009), la
Casa del Infinito (Tarifa, 2014) o la Casa Rotonda (Madrid, 2021).
Casa Gaspar por Alberto Campo Baeza, Vejer de la Frontera, España, 1992
El proyecto se desarrolla sobre un cuadrado en planta de 90 metros cuadrados, sobre él, se eleva un volumen prismático donde el color blanco, una conjunción muy característica de la arquitectura de Campo Baeza junto a la arquitectura tradicional gaditana donde ambos lenguajes se entienden y dialogan.
Se parte de un cuadrado de 18 x 18 m definido por cuatro tapias de 3,5 m de altura, que se divide en tres partes iguales. Se cubre sólo la parte central. Dividido transversalmente en tres partes de proporciones A, 2A, A por dos tapias bajas de 2 m de altura, se incluyen en los costados las piezas servidoras. La cubierta del espacio central se hace más alta, de 4,5 m.
Casa Olnick Spanu, el primer proyecto en Nueva York, Estados Unidos. Un proyecto que refleja claramente la trayectoria del arquitecto español. Arquitectura con mayúsculas, tranquila y sin estridencias.
Para conseguirlo, construimos una gran caja de 122 pies de largo por 54 pies de ancho por 12 pies de alto. Con recias paredes de hormigón que acentúan su relación con la tierra. La cubierta de esta caja es plana y de piedra, travertino, para establecernos sobre ella.
La vivienda destinada a un poeta se cierra casi en su totalidad al exterior, ubicada en una parcela en esquina, Alberto Campo Baeza decidió dotarla de un sentimiento literario, la casa se abre con unos grandes ventanales al jardín generando un juego de permeabilidades y transparencias en las zonas de orientación sur.
El proyecto se centra en tres ideas, que conectan y hacen que se conciba la casa como un lugar diferente: la vivienda primitiva como refugio y hogar, la idea metafórica de desnudez para el jardín y una biblioteca en el nivel superior.
Casa del Infinito, Cádiz, España, 2014
Allí hemos levantado una casa como si de un muelle frente al mar se tratara. Una casa que es un podio coronado por un plano horizontal superior. Sobre ese plano horizontal rotundo, despejado y desnudo, nos situamos frente al horizonte lejano que traza el mar por donde se pone el sol. Un plano horizontal en alto, construido en piedra, en travertino romano, como si fuera de arena, un plano infinito frente al mar infinito. Nada más y nada menos.
En el cubo, alrededor del patio central, se organizan las oficinas en siete plantas. El cubo se construye con una trama de hormigón armado de 3 x 3 x 3 m que en la cubierta sirve de mecanismo para recoger la luz, tema central de este edificio. Las dos fachadas a sur funcionan a modo de "brise-soleil" e iluminan, matizando esa luz potente, las zonas de oficina abierta. Las dos fachadas a norte, sirviendo a las oficinas individuales, reciben la luz homogénea y continua propia de esa orientación y se cierran al exterior, mediante una plementería de piedra y vidrio.
El edificio proyectado por Alberto Campo Baeza, se desarrolló en un contexto urbano tenso, cargado de historia y difícil de lidiar por las fuertes normativas que protegen el entorno de la catedral de Zamora. La arquitectura de Alberto podría parecer que había encontrado su «no lugar», y sin embargo encontró su sentido al encerrarse en unos muros de piedra arenisca de la zona.
Al final, el resultado es una de las mejores obras del arquitecto, serena, madura, vibrante gracias a su control de la luz, el aire y el tiempo que parece congelar en su interior.
El pabellón deportivo se plantea como una pieza ligera, con cerramiento de vidrio traslúcido y panel de hormigón aligerado GRC y estructura metálica. Puro espacio tectónico. El vestíbulo de acceso, el aulario y la piscina; son volúmenes opacos y construidos con estructura de hormigón armado. Puro espacio estereotómico.
La Guardería para Benetton fue planteada con espacios diferenciados según sus usos y proximidad al centro. La pieza principal es el núcleo y eje del proyecto, le rodean cuatro prismas de menor altura donde se desarrollan las aulas de los niños, para finalmente todos estar abrazados por unos patios, donde los niños están protegidos y al mismo tiempo participan del exterior, delimitados por un muro circular que rodea al conjunto.
El pabellón estaba formado por un cilindro, de 21m. de diámetro (7x3) y 14m. de altura (7x2), con un exterior negro y un interior blanco completamente lleno de luz. Se trata de un autentico ÁGORA en cuyo interior se instaló un graderío coronado por estanterías donde se ubicarán los libros.
El visitante entra a través de un patio con un hall de entrada. En el interior el espacio fluye entre las tres plantas generando una sala de grandes dimensiones, «un generoso espacio central, suma de dos espacios verticales de doble altura que, al unirse verticalmente desplazados, crean una sensación de gran amplitud. Todos los espacios de la casa convergen en ese espacio central.» Alberto Campo Baeza.