La otra intervención de mayor importancia en la rehabilitación del ático fue la perforación de la cubierta inclinada de este en dos puntos estratégicamente seleccionados, el salón y la entrada, lo que permitió que la vivienda reciba una luz cenital a través de esos dos puntos durante todo el día gracias a su orientación norte-sur.
Descripción del proyecto por CumuloLimbo Studio
El ático de Hugo y Luiz, en la calle Magdalena del barrio de Lavapiés en Madrid, carecía de luz natural y se encontraba constreñido por un sistema constructivo de muros entramados de ladrillo y pies derechos. Este sistema, tan tradicional en este barrio, hacía no obstante del espacio un amasijo de muros con estancias estrechas y oscuras. Reinventar la tradicional estructura de este tipo de viviendas, sin esconderla, sin condenarla y haciendo de ella el concepto fundamental a mantener en el proyecto nos llevó a vaciar el muro entramado y reforzarlo prescindiendo del pie derecho central.
Así el muro entramado se hibrida y reconvierte en cercha para salvar la luz. Delimitando el ámbito del piso superior, se transparenta y fomenta la relación entre los dos niveles. Ahora los cruces de miradas entre los niveles son posibles, enriqueciéndose la capacidad de relación y matices de uso entre el piso superior e inferior. Un trabajo de carpintería básica acompaña la irregular estructura de madera.
La distribución se hace más fluida y diáfana llevando la cocina a fusionarse con el espacio principal del salón – comedor. Una escalera de cerrajería atraviesa la buhardilla generando un hito visual de gran plasticidad. La luz cenital, conseguida perforando la cubierta inclinada en dos puntos clave, acceso y salón-comedir, acompaña la temporalidad de la vivienda, que orientada norte-sur, recibe ahora luz durante todo el día. Así, se marcan especialmente la llegada al apartamento, convirtiendo el hall en un distribuidor de luz, y el corazón de la vivienda, ese lugar polivalente que es comedor, zona de trabajo, y de reunión.
Los materiales utilizados se ciñen a un presupuesto más que ajustado. Los materiales sin tratar exhiben su simplicidad creando un ambiente industrial pero sorprendentemente minimalista.
Se enfoca la fuerza en la nueva cocina, de un alegre rosa palo que contrasta con las soluciones, casi industriales, del suelo continuo y el panelado de pino. El baño, estrecho y ajustado en horizontal, se dilata en su dimensión vertical, creando una experiencia diaria en la que la ducha recibe luz natural y creando un espacio aireado hacia arriba. La distribución de la nueva planta baja, abierta y diáfana, se articula en su ocupación variable (llegada de invitados, actividades más o menos privadas) mediante una cortina de gran altura y trayectoria curva que divide el espacio cuando es necesario, sin generar aristas.