Debido a los acontecimientos y a las circunstancias durante mi estancia en esta gran ciudad, me sugería como interesante el hablar sobre cómo se vivió durante los días en los que el Huracán atizó fuertemente la costa Este de los Estados Unidos a finales del pasado mes de Octubre. Como supongo todos recordaréis, Nueva York fue una de las principales ciudades afectadas y como siempre protagonista incansable dentro de la imaginería de los media. El innegable perfil cinematográfico de sus calles funciona incluso en circunstancias como estas. Como alternativa os recomendaría echar un ojo al fantasmagórico reportaje fotográfico de Iwan Baan, que, casualmente estaba en el lugar oportuno en el momento oportuno.
Como anécdota reseñar que hablando en primera persona tuve la suerte o la desgracia de vivir también el anterior Huracán, correspondiente a Agosto de 2011, como siempre con nombre de mujer y esta vez llamado Irene. Ciertamente las magnitudes fueron un tanto diferentes, paradójicamente durante el 2011 el seguimiento pre-huracán fue mayor, mucho antes de que pasara ya todos hablaban de ello haciendo pronósticos. En el ascensor, en la calle, en el supermercado, especialmente en el supermercado donde los productos básicos se agotaron en cuestión de horas. Nueva York siempre se ha caracterizado por el consumismo más extremo.
Plano de la MTA publicado por el New York Times de líneas activas y no activas.
Durante el más reciente huracán Sandy, y en mi caso, ayudado ciertamente con una falta de TV e internet en el apartamento de Brooklyn, el autismo fue total. Básicamente nos enteramos de un cierre inminente de todo el servicio de transporte y comunicación de la MTA 3 horas antes de que ocurriera. Y, si no recuerdo mal, el cierre de los puentes transcurrió horas después. A partir de las 18:00 horas del domingo 28 de Octubre de 2012 Manhattan quedaría aislada del resto de la ciudad. Y el resto de la ciudad, del estado. Y así sucesivamente. Estábamos incomunicados en una sucesión exponencial escalar tan interesante como preocupante.
Escena extraída de la película "Abre los Ojos". Gran Vía desierta.
En dichos momentos de incertidumbre, se produce un estado de sitio voluntario. La ciudad se paraliza; se genera una distorsión de los compases que tanto la caracterizan y durante muchos días, todos ansiosos miran los planos de transporte, ahora, documentos más vivos, cambiantes y caprichosos que nunca. Y nada fiables, por cierto. Algunas líneas como la L estuvieron en suspensión durante semanas.
Mañana de martes en Times Square desierto. Fotografía © Jorge Martín.
Lo fascinante de la cuestión es, no sólo el ser consciente de lo trascendental de las redes de comunicación en las ciudades, sino la cantidad de posibilidades que estas ofrecen, pasando a ser vitales los caminos alternativos. En aquel momento lo importante no era cuánto tardases en llegar a trabajar, sino el llegar de alguna manera. La viabilidad de ir a pie, y de recuperar el uso primitivo de los puentes a modo de nervios que unen Manhattan con “todo lo demás” era sin duda, una de las opciones más recomendables. Siendo conscientes, de que una vez que te adentrabas en el Sur de Manhattan no había ni electricidad, ni línea telefónica ni cobertura.
Visión del Sur de Manhattan desde el puente de Williamsburg.
Supongo que la ciudad estaba preparada para un posible cierre de las líneas de transporte, pero nadie estaba preparado para no tener línea, ni cobertura ni manera de cargar sus teléfonos. Reseñar el negocio turbio y espontáneo de personas que con generadores eléctricos aglutinaban masas en las esquinas más transitadas. Al sur de la 34, si querías cargar tu teléfono lo mejor era saber dónde estaba el American Apparel o el Starbucks cerrado más próximo.
Quizás podríamos decir que sin necesidad de anestesia Manhattan durmió por un rato, y obviamente sin hacer referencia a las pérdidas materiales de aquellas zonas inundables, no pasó nada, absolutamente nada. El Seagram building, el Empire State, y Central Park seguían en su sitio y días después ya todos los atavíos y adornos de Acción de Gracias y Navidad estaban debidamente colocados y enchufados.
Diseño del genial Sebastian Errazuriz Sandy Relief I love NY t-shirt.
IN TREATMENT [>2] - METALOCUS.
DIRECTOR: JOSÉ JUAN BARBA. COORDINACIÓN: INÉS LALUETA. ORGANIZACIÓN: INÉS LALUETA, PEDRO NAVARRO. INVITADOS SEGUNDA TEMPORADA: JOSÉ JUAN BARBA, JAVIER SANCHO, FRANCISCO PELAEZ, MICHAEL MORADIELLOS, MELISSA SCHUMACHER, VERÓNICA ROSERO, AINHOA MARTÍN.