El programa se divide en varios espacios para las zonas comunes como pueden ser una sala de estar, otra de juegos, comedor, taller entre otros, separados de la lavandería y la bodega, y la zona privada que cuenta con seis habitaciones, con todas las estancias amuebladas con mobiliario reciclado de una antigua casa del propietario.
Descripción del proyecto por Sebastián Mora Arquitecto
Los propietarios de un antiguo galpón florícola ubicado en el valle de Yunguilla, Azuay, decidieron construir una casa de campo para su familia en el sitio donde en algún tiempo funciono una plantación. La primera pregunta fue si debíamos conservar la construcción existente o derrocarla. El galpón estaba en buen estado y se decidió refaccionarlo y adaptarlo a su nueva función.
El lote posee unas visuales privilegiadas, pero también un clima cambiante a lo largo del año, con temporadas de mucho calor y otras con lluvia, neblina y humedad. Por lo que buscamos un recubrimiento para las paredes de bloque que nos ayude a aislar el exterior del interior. Es así como decidimos generar una piel de acero corten que genera una cámara que protege de los cambios climáticos.
Se mantiene la morfología original del galpón, se retiran los aleros para generar una imagen monolítica, la misma que se abre en búsqueda de las visuales y se genera una pérgola con Jacuzzi y un solario húmedo.
El programa arquitectónico contempla 6 dormitorios, sala de estar y juegos, sala, comedor, cocina, despensa, lavandería, bodega, taller y un área de parrilla que debía estar conectada a la pérgola antes mencionada. El proyecto se desarrolla en 320 m² de construcción aproximadamente.
Bajo el concepto de reciclar materiales, conseguimos ladrillos de una casa que estaba siendo demolida y los utilizamos para separar el área social de la lavandería y bodega.
El cliente había vendido recientemente una casa, de la que se sacaron los muebles de cocina, los mismos que fueron reutilizados en la construcción, así como los de sala, comedor y dormitorios.
Se pulió el piso de hormigón y se lo selló con un recubrimiento acrílico. El techo original se mantuvo, y se colocó una plancha con aislamiento sobre el mismo para asilar el ruido generado por la lluvia y las altas temperaturas del verano.
Todos los materiales utilizados hacia el exterior son de bajo mantenimiento y poseen la virtud de asumir bien la humedad, envejecen de buena manera, asumiendo con dignidad el paso del tiempo.
Para solucionar la doble altura del galpón en el área de dormitorios, se generó un mezzanine en el cual se colocó una sala de estar y un dormitorio de huéspedes. La campana de la cocina y la chimenea se fabricó en obra con paneles de acero.